domingo, 4 de febrero de 2007

¡Que la fuerza te acompañe!


Ante el reto que se nos presenta y el evidente bajo estado de forma física creo que habrá que afrontar la aventura no como una carrera sinó más bien como un largo paseo. Debido al ritmo de trabajo diario no tenemos tiempo de apuntarnos a un gimnasio así que procuro los sábados hacer un poco de ejercicio con la bicicleta. No será suficiente, por supuesto, pero intento engañarme con eso. Por otro lado la moral está muy alta y tengo el pleno convencimiento que lo lograremos sin grandes percances. No tengo miedo a las caídas ni a los peligros y trampas del camino, pienso ir con tino y no desafiar a la suerte, que sé que está de nuestro lado.

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