jueves, 28 de agosto de 2008

DECIMOQUINTA ETAPA: LÍBANO - TURQUÍA (388 kms)


9 de agosto de 2.008

Aprovechamos la mañana para dar una última vuelta a Beirut, sacamos las fotos que nos dejan e incluso nos meten sin pedirlo en el mausoleo del ex primer ministro Rafik Hariri, asesinado en extrañas circunstancias. El sitio es una carpa cerca de donde lo pelaron dedicada a él y a otros mártires del país. Tiene un contador digital con grandes números rojos que va indicando los visitantes que recibe. Se ve que de lo que se trata es de hacer bulto y venga, todos pa' dentro. Impresiona pensar que aquí cuando alguien molesta lo "eliminan" más rápido que un rayo y da mucha rabia ver la inestabilidad que se vive en esta zona y que la gente de a pie tenga que pagar los platos rotos de sus (malos) gobernantes. Aunque desde que el hombre es hombre en estas tierras siempre se las han estado dando los unos a los otros. Me pregunto: ¿qué hacemos aquí? ¿quién era este tipo? ¿porqué le dedican este mausoleo de feria. Nada, cumplimos respetuosos el expediente y pa' fuera. ¡Que lástima de país!

La salida de Beirut vuelve a ser caótica, como dicen los mexicanos el tráfico "está cabrón". Más tanquetas, más mansiones de lujo, unas en pie y otras derruidas y muchos, muchos coches. La carretera va siguiendo la línea de la costa y así llegamos a Trípoli, la bordeamos sin entrar, con este tránsito sería muy fácil tener un accidente.
Empezamos a enfilar hacia la frontera con Siria. Esto está lleno de cedros. Muy bonito la verdad.
Aduana, trámites, dinero y calma, muuuuuuucha calma.

Ya estamos de nuevo en Siria y venga, gas a fondo. ¿Os habeis preguntado que hay al final del Mediterráneo?: ¡vacas!.
Fin del mar Mediterráneo, poquito de arena, carreterita, prado y vacas, muchas vacas.
Vamos a una buena velocidad y veo que Jóse sale volando al pasar por encima de un badén sin darse cuenta (hay muchos), controla la moto en el aire y cae perfectamente. Pequeño susto pero no pasa nada. En fin, así seguimos hasta llegar a un pueblecito llamado Ugarit, un rincón de paz y pescadores. Debe ser uno de los pueblecitos más tranquilos del mundo. Me entran ganas de quedarme pero el hambre de llegar ya a Turquía me empuja hacia arriba otra vez. Cerca de mi casa hay varios restaurantes sirios llamados Ugarit a los que voy de vez en cuando. Ahora seguro me los miraré con otros ojos.

La carretera que te lleva a la nueva aduana es preciosa y vamos serpenteando entre frondosos bosques de coníferas y lagos de lo más pintoresco. Más bien nos parece que estamos en Suiza que no en oriente Medio.
Por este camino las Scrambler vuelve a demostrar de lo que están hechas.

La verdad es que Siria ha sido la gran sorpresa de este viaje. Es un país muy bonito, de aquellos de "no se lo digas a nadie" para que siga así durante muchos años.

Nos agarra la noche en la aduana y pasamos finalmente a Turquía. Nos cobran visa por entrar ¿Y estos quieren entrar en la Comunidad Europea?. Además ya nos han avisado de que los turcos no hablan otro idioma que no sea turco o árabe, así que...

Como viene siendo de costumbre cuando nos hallamos en noche cerrada: carreterita en obras. Oscuridad total y descenso por entre bosques de cuento de hadas. Con las luces de xenon (que no van tan bien como pensábamos) cegamos a todo el que viene de frente y ellos nos ciegan a nosotros. Hay una niebla rápida que corre justo por encima de nuestras cabezas y en otro badén de la carretera, del otro lado encienden las luces largas creando una pantalla con la niebla, con mi luz extrablanca veo perfectamente como corre la niebla. Pienso que es una imagen perfecta para una película de Tim Burton o para una película de licántropos. A la vez un zorro (o la sombra de él pues corre mucho) pasa veoz por delante de mí. Veo la sombra de sus orejas prolongadas sobre el camino. También en el descenso nos cruzamos con 3 perros montaraces, uno de ellos casi se estrella contra mi rueda trasera y el piñazo hubiese sido monumental. Jóse se asusta y me hace parar para decirme que me fué de pelos, yo ni lo ví, solo el que me pasaba por delante y que debería estar huyendo del que lo perseguía. Aprovechamos la parada y cenamos en Harbiye un kebab con ensalada que está buenísimo y una coca cola helada, servidos por una encantadora pareja que no hablan ni mú de inglés pero finalmente nos entendemos.

12 de la noche: Iskenderun. ¡Prueba superada!. La siguiente etapa tumbará de espaldas...

miércoles, 27 de agosto de 2008

DECIMOCUARTA ETAPA: SIRIA - LIBANO (117 kms)


8 de agosto de 2.008

Salimos con el corazón partido del Four Seasons Damascus y todo son parabienes de los amabilísimos empleados. Nos regalan botellas de agua fría para el viaje y le dicen al Figui que "somos famosos". La verdad no sé por qué, si no es por nuestras pintas. Todo jeques árabes y gente de negocios muy bien vestida y nosotros dos que parece que salimos de las cavernas. Igual es por esto que nos atienden tan bien, les resultamos exóticos y desde luego que les hacemos reír con nuestro buen humor habitual.

Arrancamos y enseguida llegamos a la frontera. Hace mucho calor y tras los trámites habituales ya estamos dentro.
Lo primero que veo es una tanqueta, dos soldados y tres policías bien armados abusando de un vendedor ambulante, levantándole el sombrero de paja y golpeándole con él mientras se rien metralleta en mano. Mal rollo. Cuando se cansan de jugar con el pobre desgraciado se fijan en las motos y allá van a tocar. Yo, que me los miro desde la distancia y a la sombra les pego un grito y señalándolos uno por uno con el dedo a los tres les digo: "¡Eh!. Tú, tú y tú: Fuera! y no se qué cara estaría poniendo que me hicieron caso. ¡Increíble!.

Papeles listos: ¡hacia Beirut!. La aduana con Siria está en lo alto de una montaña así que ahora hay que bajar todo lo subido hasta nivel del mar: ¡Que miedo! Conducen en plan suicida. De una carretera de 2 carriles la convierten en 4 y tanto da quien tenga preferencia, es la ley del más duro, del más lanzado, del más loco, y tampoco te puedes quedar atrás porque si nó no llegas. Coches, camiones y 4x4 a por todas, todas, con un asfalto en pésimas condiciones, ya digo, sensación de país en guerra y sálvese quien pueda.

Por lo que voy viendo, casas que antaño fueron muy lindas, señoriales. LLegamos a Beirut y nos hacemos guiar por un taxi al Hotel Cavalier, donde Maruja Torres reside largas temporadas y al cual hace referencia en su última novela "La amante en guerra". Solo con nombrar su nombre en recepción se les dibuja una sonrisa y nos abren las puertas de par en par. Está en el barrio de Hansa, un barrio pijo que nada tiene que envidiar a los barrios más pijos de cualquier ciudad del mundo. Salimos a dar una vuelta por el centro y la verdad es que la ciudad nos decepciona mucho. Me explico: de las ruinas de la guerra del 75 casi no queda nada y de las guerra más recientes, los efectos han sido borrados casi en su totalidad por edificios de nueva planta. Aquí se mueve mucho, pero que mucho dinero y más que el París del Mediterráneo yo diría que el Mónaco del Mediterráneo. Todo son 4x4 de lujo, las mejore tiendas, las mejores marcas... ¡qué barbaridad! Pero ya digo, parece una ciudad de cartón piedra pues todo es nuevo. Frente al Hotel Cavalier hay un supermercado de un argentino que prepara unos bocadillos deliciosos y se alegra mucho de poder hablar español de nuevo.

A parte de esto la ciudad está llena de tanquetas, alambradas y soldados patrullando muy bien armados, cerrando el paso aquí y allá, pidiendo documentación a la primera que enfocas la cámara, ¡un rollo, vaya!. Queríamos pernoctar dos noches pero sólonos quedaremos una y aprovecharemos para ganar tiempo al tiempo. El objetivo es llegar al dia siguiente a Iskenderun en Turquía (A los fans de Indiana Jones sabrán de este pueblo) cruzando 4 pasos fronterizos: salida de Líbano, entrada de nuevo a Siria, salida de Siria y entrada a Turquía.

Por la noche salimos a dar un rulo por el centro y la plaza del reloj está cortada por todas sus entradas como si fuera a producirse un atentado en cualquier momento. Me tranquilizo viendo la gente a mi alrededor acogiendo este hecho con "normalidad". Cenamos unas pizzas por ahí y nos tomamos unos tragos que hacía rato no bebíamos ron. Jóse está plegado a las pipas de narguilé con sabor a manzana. Ya en Libia le cogió el gusto y aún no las ha soltado. Aquí fuma todo el mundo, de los jóvenes a los mayores, hombres y mujeres por igual y el aroma dulzón que desprenden es de lo más relajante. Aquí en Líbano hemos visto este tabaco con sabor a manzana, a melón, a sandía y a piña. Una delícia. Lo vivido hasta Damasco ha sido in crescendo y tomo plena consciencia de que aquí empieza el final del viaje y lo que queda, salvo alguna que otra excepción, es puro trámite. Sensación agridulce.

Buenas noches y a dormir.

Mañana daremos una buena vuelta por la ciudad antes de irnos.

martes, 26 de agosto de 2008

DECIMOTERCERA ETAPA: SIRIA


7 de agosto de 2.008

Una vez más el contacto que nos proporcionó la agencia falla y no nos recoge en la frontera, ni se presenta en el hotel, ni al final ya ni nos coge el teléfono. Ya esto es lo último. Pensamos que de buena mañana todo será diferente y nada, que sigue igual. La chica nos pone pegas para conseguir un segundo visado de entrada a Siria después que visitemos Líbano, como era nuestra intención.
En esto pasamos la mañana mientras nos dejamos engullir por el viejo zoco de Damasco. Quisiera remarcar que en Siria también son muy limpios y el zoco está en muy buen estado, separados por gremios, hay de todo: ropa, zapatos y complementos por un lado, artículos de peluquería otro, especias más allá, taxidermia y animales muertos acullá, antigüedades... todo lo que se te pueda ocurrir. Todo. Si no está en este zoco es que no existe.
Figui está muy interesado en las monedas antiguas y visitamos unas cuantas tiendas. Nos sacan piezas bizantinas, romanas y de todas las civilizaciones que han ido pasando. Tienen muchísimas cosas y todas ellas muy interesantes. Él se lleva unas monedas Sasaang, yo veo un libro de los cuentos de Sherezade ilustrado con policromías y escrito en árabe que es muy antiguo. Regateo y a la saca.

Paseando por el zoco nos encontramos de repente con las columnas de lo que habría sido el mercado antes del nacimiento de Cristo. ¡Nos quedamos petrificados! ¡Qué maravilla! Lástima que queden pocas en pie, pero lo que hay te da una idea de lo que fue. En tiempos debería haber sido algo extraordinario.

Entramos en otra tiendecita y aquí trabamos amistad con todo un personaje. El anticuario, de unos 60 años pero fuerte como un roble y de complexión atlética, con el pelo totalmente blanco y recogido en una pequeña coleta. Damos un primer vistazo y él nos mira y remira con un par de ojos azules de un azul muy intenso calculándonos bien. Jóse le pregunta por las monedas y el tendero pega un grito con toda la fuerza de sus pulmones que resuena en todo el callejón: "¡Adnaaaaaaaán!". Nos quedamos acojonados y al momento aparece Adnán, el de la tienda de al lado que habla inglés y que nos servirá de traductor.
Nos empieza a enseñar piezas antiguas pero de poco valor, Jóse le compra unas monedas romanas y queda bastante satisfecho. Después se enamora de unas cabezas de piedra bizantina. Regateamos y regateamos y otra vez a la saca. Hemos estado bastante rato y ha sido muy gratificante y divertido.

Marchamos contentos hacia el hotel para dejar las compras y sólo llegar tenemos ganas de regresar a por más cosas. Veo un jarrón muy bonito y como no lo veo caro me lo llevo sin regatear. No hay que ser tacaño.
Después veo un reloj Omega automático que debe tener unos 70 años y que funciona perfectamente. Le hacemos abrir la tapa al relojero para ver la maquinaria y es 100 % original, hasta la cadena de piel lo es. Me pedía una fortuna pero ni tan solo llevaba encima todo ese dineral. Regateamos bastante y el hombre no me lo vende porque sabe que el reloj es bueno y que ya lo venderá más adelante. Me voy.
Regresamos de nuevo por la tienda del anticuario y saludamos al pasar.
Volvemos atrás, reúno todo el dinero que llevo y no llego a lo que pide por el reloj pero tengo que probarlo o me arrepentiré cuando esté en casa. Lucho un buen rato y el relojero cede a desgana. Me dice que lo cuide, que es muy antiguo y que tiene mucho valor. Le miro a los ojos y sé que me dice la verdad. A saber la historia de este reloj, quién lo llevó y qué fue de él. En esta parte del mundo cualquier cosa puede ser cierta. Me lo engancho sólo salir de la tienda.

Volvemos a casa del anticuario. Otra vez: "¡Adnaaaaaaaán!" i solícitamente vuelve nuestro traductor. Jóse sigue queriendo cosas antiguas y de valor. Saca una especie de pequeña urna para cenizas ¡de la época romana!, en muy buen estado. ¡Qué barbaridad!. También una máscara de bronce representando a un niño y una botella de cerámica turquesa con una efigie igualita que si fuera de Versace ¡pero todo eran piezas romanas auténticas! ¡Qué pasada!
Todo vale una fortuna y poco a poco vamos regateando.
Entran varias personas a venderle material y es muy divertido ver la comedia que hace esta gente simulando que se enfadan entre ellos y tirándose el dinero por la cabeza antes de ponerse de acuerdo.
Con todo este movimiento veo que este hombre es el que corta el bacalao en la zona y por pura casualidad hemos ido a parar a su tiendecita (micro).
Cuando sale todo el mundo seguimos con las negociaciones. Le digo que me da la sensación de que es "Il cappo della Màfia local". Adnán se parte de risa y se lo traduce y éste, partiéndose de risa también, asiente con la cabeza y va diciendo que sí, que él es "EL" cappo.
Le dice a Adnán que cierre la puerta, se dirige a la trastienda y de un escondrijo secreto vuelve con un objeto en la mano.
Un calcetín viejo del que saca ¡una estatuilla de oro egipcia! ¡La madre que lo parió! y en un abrir y cerrar de ojos del mismo calcetín saca ¡UNA REINA EGIPCIA DE ORO PURO! ¡y otra pieza más! ¡¡¡¡ EL REY EGIPCIO!!!! De un oro deslumbrante que pocos han visto. ¡con sus collares y cadenitas! Me quedo petrificado y no me atrevo ni a acercarme para verlas mejor. Tal es el poder de estas 3 estatuillas de oro, que te dejan de una pieza en el sitio como si te hubieran pegado los pies al suelo con cemento. Nos dice que estas piezas no están ni en los museos y es cierto. Están impecables y se nota que no son falsas. Viendo como se nos salen los ojos de las órbitas se da un hartón de reír a nuestra costa y las vuelve a guardar.
Nos obsequia con unas figuritas, antiguas también pero no tanto, por el buen rato que ha pasado con nosotros. De joven dice que viajo de Siria a Alemania en moto, ¡qué casualidad! y cuando le enseñamos con nuestra cámara que precisamente venimos de Barcelona en moto y las ve en la pantalla mientras le contamos la aventura se queda muy pero que muy satisfecho. Creo que aquí tenemos un amigo de los de para toda la vida. Adnán nos dice que fue durante muchos años el campeón sirio de boxeo y nos enseña sus bíceps en posición de ganador. Le digo al Figui que como nos de un mandao, incluso con la edad que tiene, estamos una semana dando vueltas como una peonza. Nos reta a una pelea dentro de la tienda y le digo que mejor en la calle, a ver quién corre más, y vuelve a reír a grandes carcajadas. ¡Todo un personaje!. De verdad que este tipo es de película. Como este no hay dos iguales. Si alguna vez vuelvo a Damasco vengo a verlo seguro y le traigo una botella del mejor vino.
¡Sensacional!

lunes, 25 de agosto de 2008

DECIMOSEGUNDA ETAPA: JORDANIA - SIRIA (469 kms)


6 de agosto de 2.008

Por cierto, no sé si lo he dicho antes pero la gente en Jordania es súper educada y limpia. Tienen un cierto "toque" británico que les hace creer un poco por arriba de los demás de la zona. El país es como de un cuento de hadas. No hay un solo papel en el suelo, todo está ordenado y recogido.
Vemos grupos de camellos atravesando la carretera con toda naturalidad y rebaños de corderos también. Las señales de tráfico indican que no se pueden sobrepasar los 80 kms/h al contrario de lo visto hasta ahora.

Nos dirigimos hacia el Mar Muerto, el punto más bajo del planeta.

Vamos descendiendo por la sierra montañosa de Jordania y las vistas son espectaculares. La carretera serpentea entre las montañas abajo y abajo, y abajo y abajo y más abajo aún. Tal parece que estamos dentro de una novela de Julio Verne y que nos dirigimos al mismísimo centro de la tierra. ¡Que impresión!. Es un descenso muy considerable y pasamos del fresco de las cimas a un calor muy intenso cuando llegamos a los 400 metros bajo el nivel del mar. Como en una sartén gigante. Cocinaditos a fuego lento. Si te paras a pensar que como venga un tsunami estás tan debajo de la superficie, se te hiela la sangre. Junto con el Sinaí, este punto es uno de los que te hace pensar en lo grande de la naturaleza y lo simple del ser humano. De verdad que estaba repostando gasolina y mi cabeza iba a mil pensando en estas cosas, abstraído totalmente de lo que estaba haciendo. La sensación es muy fuerte y extraña a la vez.
De repente aparece ante nosotros el Mar Muerto, grandes maquinarias de extracción y proceso de sal y potasio y vamos bordeando este mar, precioso a la vista, desde la carretera que recorre sus acantilados (bastante pronunciados por cierto). No se puede bajar a remojarse de ninguna manera. Al otro lado Israel. Las rocas tienen un ribete blanco de sal allá donde el agua las toca. Para los amantes de los cómics de Batman pasamos por un punto llamado "Ra's Al Ghoul". Secreto descubierto. Ya sabemos de dónde sacaba Ra's sus baños curativos e inmortalizadores.
Al final del recorrido hay una zona de hoteles muy bien estructurada que ofrecen los famosos baños en el mar salado. Estoy muy tentado pero paso de hacer el yuma pues tengo prisa por pasar la frontera y dos helicópteros fuertemente armados que nos sobrevuelan me dicen que hago bien en salir de allí. El río Jordán donde San Juan Bautista bautizó a Jesús queda a tan solo 1 kilómetro a mi izquierda, pero ya digo, se puede ser aventurero pero no comemierda y más con los judíos a un tiro de piedra.

Todo lo que hemos visto y visitado en Jordania ha sido maravilloso y de verdad que es un pais para volver de nuevo. Chapeau.

De cabeza a la frontera Siria. ¿Cómo será Siria? ¿Cómo nos recibirán? Después de la mala experiencia de Egipto nos da un poco de miedo perder mas días tramitando papeles, pero no, Jóse se ocupa de todo y en un plazo razonable ya estamos dentro. El tiempo justo para hacer amistad con una familia Saudí, muy sorprendidos e interesados por nuestra aventura. Otro saudí me pregunta que cuando iremos a visitarlo a Arabia y le digo que el año que viene. Nos damos un buen hartón de reír.
Cochazos, 4x4, saudíes, kuwaities, qataríes... se ve dinero por todas partes, van a Siria a hacer negocios.
Todos nos preguntan cuánto valen las motos, cuánto valen las cámaras de fotos... quieren saber los precios de todo. Yo les digo que la moto vale 5 años de duro trabajo y se parten el pecho riendo y me dan la mano en señal de reconocimiento por la ocurrencia. Son muy amables y accesibles. También he notado que hay muchos aficionados del Barça, muchos más que del Madrid. Quizás la proporción es de 20 o 25 a 1. Cuando les digo que soy de Barcelona y que me llamo Xavi todos contestan ¿Xavi Hernández? ¿Qué os parece?.

Menos mal que nos hemos ahorrado el baño en el Mar Muerto y llegamos a Damasco de dia. El tráfico es muy intenso y caótico y de ninguna manera nos hubiésemos orientado llegando de noche. Aún y así nos perdemos por mi culpa. Paramos a preguntar y ni ellos mismos saben dónde están las casas ni las calles. Tampoco saben interpretar mapas (¡curioso!) y menos si no están en árabe. Como mucho hablan un poco de francés pues estuvieron colonizados por ellos y de hecho, Damasco sí tiene un aire oriental-afrancesado. No sé, las calles, los árboles, algunas casas y tiendas, un poco como ciertas partes de El Vedado de La Habana.
Buscamos hotel y no lo conseguimos. De repente veo cerca el Four Seasons y vamos directos. En el garage Rolls Royce, Mercedes, 4x4, Range Rover, Hummers y otros coches de lujo. Mientras nos estamos registrando aparece el director del hotel con la mano tendida para darnos personalmente la bienvenida pues "se ha enterado" de que estamos "dando la vuelta al mundo" en moto. Que si necesitamos cualquier cosa, bla, bla, bla,,, A nosotros, que por el aspecto que llevamos mas bien parece que acabamos de sobrevivir a un terremoto... ja, ja, ja.

El hotel es 5 estrellas superior, es decir, gran lujo. y la habitación y el baño son para caerse de espaldas. Nos costará un ojo de la cara pero ¿quién dice que no nos lo merecemos?

domingo, 24 de agosto de 2008

DECIMOPRIMERA ETAPA: JORDANIA-JORDANIA


5 de agosto de 2.008

Dicen que para visitar bien las Maravillas de Petra hacen falta 3 dias. La gente suele hacerlo en 1. Nosotros completamos el recorrido en 6 horas.

Aquí rodaron una de las escenas finales de la tercera parte de Indiana Jones. Hay muchos turistas y se les ofrece hacer el recorrido a lomos de caballo, burro o camello (con los burros puedes subir hasta el final del circuito, los caballos y camellos no suben por entre las rocas).

Vamos a pié, lo tenemos clarísimo y con muy buen ritmo nos hemos encaramado por aquí y por allá y hemos ido pasando por todos los desfiladeros y callejones hasta llegar al Tesoro de Petra.
Literalmente me quedo boquiaboerto.

¡Es una maravilla!.

Otra vez la musiquita de Tomb Raider resuena dentro de mi cabeza. ¿Cómo demonios pudieron construir esto aquí adentro?. De hecho levantaron una ciudad entera, enorme, ¡hace 2.000 años! hasta con agua corriente, iluminación, etc, etc.
Para evitar el desierto las caravanas pasaban por estos frescos desfiladeros pagando un peaje del cual vivían los nabateos.
Por aquí pasó y pagó todo el mundo. Incluso los romanos, hasta que conquistaron el sitio y dejaron también una importante huella en su interior.

Todo está esculpido en las paredes de las montañas y al revés de lo que cabría suponer cavaban y esculpían de arriba a abajo, lo que hace que no haya dos casas en un mismo nivel y hay que ir trepando de una a otra si quieres ver en su interior. Las paredes, los techos en definitiva los interiores de las diferentes construcciones son de un color rojo veteado que le dan un aspecto muy pulido y curioso.

Al rato nos "asalta" un viejo beduíno ofreciéndonos viejas monedas y linternas de barro. Le preguntamos si tiene alguna pieza "especial" y nos hace acompañarlo hasta donde vive, entre las rocas, donde su esposa nos ofrece un té caliente que es lo mejor que hay para combatir el calor. Cavan en la arena y de un escondrijo sacan una bolsa con diferentes piezas bien interesantes. Nos va dando explicaciones de cada una de ellas y nos demuestra su autenticidad con sencillos métodos a base de saliva y arena. Regateamos y regateamos por las piezas que nos interesan hasta llegar a un acuerdo y quedamos muy satisfechos de la experiencia.

Más adelante vemos otros beduínos vendiendo las mismas piezas. ¡Nos han timado!, ja, ja, ja. Probablemente, pero el teatro del viejo bien ha valido la pena. Y eso que Figui haciéndose el chulo decía que era un imán para los vendedores de antiguedades. Ja, ja, ja. Aún compramos alguna que otra pieza (a otro precio, claro) y hacemos el recorrido entero. ¡Espectacular!

Seguimos el camino para intentar llegar a la segunda puerta que se encuentra varios kilómetros más allá del Tesoro. Hace mucho, mucho calor y la ropa que llevamos de NIKE ACG va de maravilla pues el tejido DRI-FIT en lugar de acumular el sudor lo que hacen es disiparlo y el calzado que nos proporcionaron desde NIKE también se muestran inmejorables, ligeros, flexibles pero firmes a la vez para poderse adaptar entre tanta piedra y tanta roca. Cruzamos una gran explanada en la que nos encontramos con las ruinas de un gran teatro romano y varios palacios y templos, uno de ellos perteneciente a la reina de Saba, en bastante mal estado pero imponente por la altura de sus muros. En tiempos debería ser lo máximo. Llegamos a lo que es un sendero que sólo tiene una dirección: arriba, y venga subir escalones y saltar de piedra en piedra. Los burros bajan a por más turistas a toda velocidad conducidos por hábiles chiquillos y si no te apartas te pasan por encima, ja, ja, ja. Todo esto es extraordinario. Jóse salió disparado en competencia con un norteamericano y ya le perdí de vista. La gente (y yo entre ellos), de todas las nacionalidades que puedas imaginar y de lo más variopinta subimos resoplando y colorados por el esfuerzo. Hay muy buen ambiente y nos damos ánimos mutuamente. Al fin llegamos a la cumbre y descubrimos el segundo tesoro. Paradita y refresquito. Nos lo hemos ganado. Ya no podía más. Nos dicen que 2 kilómetros más allá, desde un otero hay unas vistas extraordinarias del desierto. ¿Hacia dónde fuimos? Síiiiiii.

El descenso lo hacemos de muy buen humor y a buen ritmo, muy satisfechos por lo visto y vivido y orgullosos de haber completado el circuito entero con tanto esfuerzo y en relativamente tan poco tiempo.

Después de esta maravillosa excursión llegamos al hotel para descansar. Nos hemos metido una paliza monumental y decidimos coger fuerzas para mañana continuar viaje. Petra bien vale una segunda visita con nuestras parejas para compartir esta experiencia tan maravillosa. No tengo palabras. Es de lo más asombroso que he visto en mi vida.

sábado, 23 de agosto de 2008

DÉCIMA ETAPA: EGIPTO - JORDANIA (320 kms)


4 de agosto de 2.008

A la mañana siguiente no levantamos a las 6:00 de la mañana para estar a las 9:00 en el puerto que nos tiene que llevar a Jordania.
Como siempre, después de este paréntesis de paz que ha sido St. Katherine, estamos de nuevo en otro cotolengo donde van recogiendo a todos los subnormales de Egipto y les dan una placa y una hoja de papel carbón. Para vendernos un billete del ferry rápido nos tardan más de una hora y media. ¡Sólo por vender un billete! Ya nos da miedo de llegar tarde puesto que el ferry sale a las 12:00. Corre hacia la aduana, otra vez el famoso festival egipcio de monos dando vueltas sin saber dónde van. No saben ni hablar y dentro de su locura te hacen dar vueltas sin sentido arriba y abajo. Van pasando los minutos, las horas y ¡perdemos el barco!. ¡La madre que los parió! Figui está muy cabreado y coge a un policía por el pescuezo y lo medio obliga a acompañarnos a hacer todos los trámites. Después de horas y horas de papeles inútiles y dineros gastados parece que ya lo tenemos todo y nos embarcan en el ferry de la tarde. Yo hasta que no ponga los pies en Jordania no estaré tranquilo.

Llegamos sin más novedad y la caricia de una luna nueva nos da la bienvenida. Tras atravesar el Mar Rojo ponemos los pies en Asia.

Nada que ver con Egipto. Jordania es un pais que funciona como dios manda. Para empezar lo tienen todo centralizado e informatizado y en muy poco rato ya estamos en la calle con la bienvenida siempre súper educada de los jordanos. Sólo bajar del barco se ha formado una fila bien ordenada que nos llevaba a pasar por dentro de un hangar donde un scanner movil revisaba de 6 en 6 los vehículos por si llevávamos algo prohibido. Y ya está. En 10 minutos fuera. Parecen gente muy bien preparada y amable y hablan un inglés excelente. Ya de noche bien oscura dejamos Aqcaba (bellísima ciudad con rutilantes estrellas que no son más que miles y miles de casas iluminadas) y salimos de cabeza hacia Petra, para ir ganando tiempo al tiempo.

Carretera en buenas condiciones rumbo Amman y desvio hacia Petra. De noche hace frío. Vueltas y rizos, caracoleando entre montañas, las Scramblers están en su salsa, y llegamos a la ciudad mágica. Podría parecer cualquier pueblo de Europa. Desarrollo y servicios. Hotel a 100 metros de la ciudad antigua. Amable y elegante bienvenida y descanso. Mañana: visita a las maravillas de Petra.

NOVENA ETAPA: EGIPTO - EGIPTO (429 kms)


3 de agosto de 2.008

Salimos después de desayunar y de haber reposado bien hacia el Sinaí. El primer objetivo será conseguir salir de El Cairo sin perdernos y Jóse lo tiene muy claro y salimos sin problemas de cabeza al Canal de Suez.
La salida es larga y antes no llegamos al túnel que lo cruza por debajo atravesamos un mini-desierto totalmente militarizado. Hangares por aquí, baterías de cañones antiaéreos por allá, tanques, carros de combate, misiles... Parece la película Ironman y el paisaje es de Stark International total. Lo disfruto muchísimo. En cualquier momento cae el increíble Hulk por aquí y todo el mundo empieza a disparar.
La carretera es buena y convoys de transporte militar y camiones de gran tonelaje circulan arriba y abajo. ¡Imponentes! y nosotros a su lado con nuestras Scramblers parecemos mosquitos. Se deben preguntar ¿qué hacen por aquí estos dos locos?, ¡seguro!

Llegamos al túnel previo el control de pasaportes de rigor. Hay muchísimos por todo Egipto y cada dos por tres es el mismo rollo. El túnel da pena y miedo: oscuro y sin ventilación de ningún tipo está lleno del humo de los camiones que pasan y casi no se puede ni respirar.
Salimos y vamos avanzando por esta zona desértica. Al poco vemos un accidente en el cual hay un carro, probablemente un Hyundai rojo, perfectamente seccionado como a bisturí justo por la mitad. La otra mitad del coche aparece al otro lado de la calzada. Ya estaban allá los servicios de emergencia pero el carro, literalmente, se ha partido en dos. Al principio pienso mirar en el sitio del conductor a ver lo que ha quedado pero en el último segundo desvío la vista, da mucha impresión y juro no comprarme jamás un coche coreano. Quizás a los otros les pueda pasar lo mismo pero del único que tengo una evidencia es de este.

Continuamos la marcha hacia Sta. Caterina, un monasterio bastión de la cristiandad justo en el centro del Sinaí . Mientras subimos los paisajes son rotundos y apabullantes. La naturaleza ha tallado estas montañas se podría decir que con "Gracia Divina" y somos muy conscientes de que nos hallamos en un lugar bien especial. Entre los cañones que cruzamos se cuelan fuertes rachas de viento que de repente desaparecen y de nuevo vuelven a empujar unos recodos más allá. De vez en cuando una fotogénica acacia nos recuerda que estamos en África. La carretera aparece y desaparece ante nuestros ojos entre montaña y montaña haciendo un curiosísimo juego tridimensional que me admira muy especialmente. Por ejemplo: tengo delante una buena recta, perfectamente asfaltada, de unos buenos centenares de metros y que va a morir a la pared de una montaña. No se ve salida, y a medida que te acercas, de repente, sale una curva a la derecha que te hace pasar por un estrecho cañón entre dos montañas que estaban pegadas y tú, en la distancia, no las veías. ¡Espectacular!

Es muy bello, de momento lo más bonito del viaje. El Sinaí. Sí señor.

Si fuese un gato me quedarían 6 vidas. De repente, de una curva aparece de la nada un coche a todo gas conducido por un árabe que va por mi mismo carril y en dirección contraria. Sólo recuerdo su cara en el primer milisegundo y sus ojos en el segundo. Ni se inmutó. y pensé en ese mismo momento que había llegado mi hora. Por instinto puesto que no soy consciente de ello me aparté hacia mi derecha lo justo y pasé rozando el coche por fuera de la línea blanca . Sin palabras...

Subiendo y subiendo llegamos al que llaman St. Katherine's protectorate. Una especie de "mini-estado" entre las montañas, de gente en su mayoría cristiana-ortodoxa. Tras varios controles llegamos al templo-convento-fortaleza, donde todo el personal lleva una extraña y pequeña cruz tatuada o bien en la mano o bien en el brazo y que los marca como guardianes del castillo. Nos hospedan con mucha amabilidad y nos dan una habitación sencilla pero confortable.

Antes de ir a dormir damos una vuelta por los alrededores de la fortaleza sacando fotos a destajo. Es también muy impresionante como pudieron construir todo ese tinglado allá arriba. Vamos a cenar al comedor que tienen habilitado para las visitas y entra una peregrina de entre unos 60 o 70 años con una energía que nos deja boquiabiertos. Lleva los hábitos negros bien llenos de polvo y comentamos que seguramente esta mujer hace días que camina entre las montañas. ¡Impresionante!. Llegó como un vendaval, se sentó a la mesa, dió las gracias por los alimentos que iba a recibir y comió masticando mucho cada bocado antes de tragárselo y sin beber un sólo vaso de agua hasta que hubo terminado. ¡De pinga!

Dormimos previo exterminio de mosquitos (hay muchos) y los guardianes de la fortaleza dan vueltas toda la noche para guardar el sitio, con walkie-talkies incluidos, como si esperasen la invasión de no se quién. ¡Qué paranoia! Alguna reliquia importante deben tener dentro de la iglesia, no sé, la Sábana Santa, las tablas de Moisés o algo por el estilo.

jueves, 21 de agosto de 2008

OCTAVA ETAPA: EGIPTO - EGIPTO (461 kms)


2 de agosto de 2.008

Nos levantamos bien pronto y salimos gas a fondo de nuevo hacia El Cairo.

Por los alrededores de El-Alamein vimos el cementerio alemán, el italiano y otro que no recuerdo bien si era de franceses o ingleses pero en todo caso de aliados.
También en dicha población hay varios restos de tanques de aquella época que evocan la contienda. Hay un museo muy cerquita donde está la oficina de mando del general Rommel tal y como lo dejó antes de salir a la última batalla, con su máquina de escribir, su gabardina colgada en el perchero etc, que está ubicada en una cueva escondida a tocar del mar.
Hoy en día la población de El-Alamein se está convirtiendo en un resort de apartamentos de semi-lujo para extranjeros y nada tiene que ver con lo que uno se pudiera imaginar. Todo está patas arriba y en construcción pero creo que pronto terminarán las obras puesto que están muy avanzadas. Por lo menos conté 10 o 12 resorts de estos. Ahora faltará que vendan los apartamentos sinó serán resorts fantasmas.

Sólo añadir que es fácil imaginar rodando por ahí las divisiones de Panzers del Afrika corps: ¡un poco de imaginación y listo!

A la gente que nos ha paseado por la capital le sabe muy mal todo lo sucedido en la frontera y nos demuestran con creces que no todos los egipcios son iguales. Quedamos en el hall del Meridien. Nos recoge Hanuri, hermano de Mahmou (nosotros le llamamos Mamut), el dueño de la agencia turística egipcia y nos lleva al Mena House, el mejor hotel de El Cairo, de estilo colonial inglés, que está lleno de fotos antiguas de principios del siglo XX y tenían mucho encanto y lucían mucho mejor las pirámides antes de que la marabunta de la ciudad las absorbiera.Hay una en particular que me llama mucho la atención y es un dirigible fotografiado sobre las pirámides.

Ya hemos decidido que no nos queda tiempo para bajar a Luxor y que hay que proseguir viaje al este cuanto antes. Mañana saldremos hacia el Sinaí.

Sobre las 21:00 horas nos recogen de nuevo para ver un espectáculo nocturno en las pirámides. ¡Qué horror!. Aburrido como pocos, casi nos quedamos dormidos, y no éramos los únicos puesto que una gente a nuestro lado también comentaban lo mismo. Llevaba cena incluida y valía 100 USD por cabeza. Hartos ya de tanto rollo prescindimos de la cena y nos fuimos al restaurante del Mena House donde sí pudimos disfrutar de unos excelentes filetes y un buen vino.

En las tiendas del hall descubrí una estatuilla de lo más bonita pero tenia un defecto. Le pedí al tendero que me consiguiera otra para la mañana siguiente y el tipo que era todo un personaje, actuaba como si fuera Boris Karloff me hizo un montón de preguntas siseando y abriendo mucho los ojos a la vez que acercaba la cabeza mientras hablaba, ¿que de dónde era? ¿que hacia dónde iba? ¿que si estaba seguro de que vendría a por ella?, etc, etc. las dos partes cumplimos y realmente la que me trajo a la mañana siguiente era mucho más bella que la que vi la noche anterior.

SÉPTIMA ETAPA: EGIPTO - EGIPTO (1.211 kms)


30 y 31 de julio y 1 de agosto de 2.008

Como vemos que la cosa no tiene remedio decidimos coger un taxi e irnos a El Cairo mientras desde Barcelona nos envían por avión el maldito papelucho. Nos alojamos en un 5 estrellas, el Meridien Piramids, con piscina y habitación con vistas a la pirámides. Todo un lujo que nos permitimos después de haber perdido 3 dias entre ratas, cucarachas y primates varios.

Supongo que el cargo de conciencia de la agencia de habernos puesto en esta situación es grande y tratan de remediarlo poniéndonos en contacto con una agencia egipcia especializada en el mercado español. A la mañana siguiente nos recogen para ir a visitar las pirámides. Son sensacionales pero al tener tan cerca la ribera de la ciudad le roban todo el encanto. Me quedo un tanto desengañado. Hace mucho calor. Tickets por aquí, tickets por allá... a hacer el yuma. Entramos dentro de la gran pirámide. Una mierda pinchada en un palo. Sube una escalinata, pasa un pasadizo, mira la cámara y ya está, ¡ah!, ¡y no se pueden hacer fotos!.
Dentro de la cámara real te acompaña un mono que a pesar de dedicarse al turismo sólo habla árabe y no se le entiende nada de nada, así que se dedica a hacer gracias rompiendo la poca magia que pudiese quedar. ¡Cuidado que estoy como la cuerda de un violín! ¡Como se pase de gracioso le doy una galleta con la mano abierta en toda la jeta!

Hotel, piscina, cuba libre, habano y descanso. Por la noche nos recoge Mido, un gran guía turístico que nos hace olvidar las penas sufridas y que nos llevará a cenar a un lugar con mucho "swing". Un restaurante tipo "lounge" a tocar del Nilo llamado Sequoia y es donde va toda la gente "chic" de El Cairo, y después al Cairo Jazz Café donde tomamos un trago y a pesar de estar cansados bailamos un rato al ritmo de los éxitos internacionales de los 80'.

Hoy toca visita a la fortaleza de Saladdín, dentro de la cual está la fortaleza del verdadero Mohamed Alí (nada del otro mundo). Nos meten un rollo inaguantable sobre el Islam y de aquí marchamos al Museo Egipcio (más que nada para hacer tiempo). El museo es una mierda monumental. Sí, hay piezas muy bonitas pero todo está colocado con tan poca gracia y tan poco interactivo que hasta siento vergüenza ajena. Pagamos un extra para ver las momias, otra decepción, ¡con la importancia que tienen y todas amontonadas en una salita pequeña y con un vigilante colgado del cogote para que no les tires fotos...!

Nada, de esta gente no se puede esperar más nada. Vamos a almorzar un buffet libre a un barco varado sobre el Nilo, por cierto, pensaba que era ancho como el Amazonas y resulta ser la mitad que el Ebro. Será el más largo del mundo, pero... es verlo para creerlo.

Hotel, piscina, cubata, otro habano y descanso. Nos llaman para decirnos que sobre las 20:00 horas llegan nuestros papeles. Bajamos a esperarlos al loby del hotel. Como es habitual en Egipto no nos los dan hasta las 2:30 de la madrugada y a las 5:00 de la mañana ya estamos despiertos para salir pitando otra vez hacia la frontera a buscar las motos.

Tardamos lo que me parece una eternidad y cuando llegamos al control de pasaportes no dejan entrar al taxista, así que tenemos que caminar los 300 metros hasta el edificio de inmigración bajo un sol de justícia. Otra vez dentro del Planeta de los SImios. Jose dice que ahora será rápido, yo le digo que hasta que no estemos fuera no le creeré. Otra vez todos aquellos monos nos hacen ir arriba y abajo, de un edificio a otro (el que está más cerca está a 100 metros) dinero por aquí, fotocopia por allá, ahora esto, ahora aquello, discusiones, calor, sudor, no se aclaran ni entre ellos y cada cual dice la suya. Llevamos 3 horas en este baile.
Viendo como se apoyan sobre cualquier lugar a la primera de cambio, estoy completamente seguro de que si tras el mostrador les colgasen unas cuerdas y un neumático y les tirásemos un poco de fruta lo usarían como columpio.

Ya lo tenemos todo ¡Hurra!. Vamos hacia la frontera otra vez y el último mono nos dice que hay un error en un papel. ¡LA PUTA QUE LOS PARIÓ! Nos devuelven hacia atrás a arreglarlo. 4 horas de tortura psicológica.Pasamos la barrera y por fín ya estamos dentro de Egipto con las motos. ¡Gas a fondo!. Por culpa de estos hijos de puta no nos da tiempo de bajar hasta Luxor y nos vamos de cabeza a Jordania para olvidar cuanto antes esta pesadilla.

El cansancio y la noche nos atrapan y llegamos a la ciudad de Matrûh (donde dicen que Cleopatra y Marco Antonio tuvieron un affaire). Las aguas son de unos tonos azules bellísimos y la ciudad hierve de ambiente, es como Blanes o Lloret pero... ¡todos son musulmanes! Somos los 2 únicos occidentales y tenemos trabajo para encontrar un lugar para descansar. Todo está escrito en árabe. Finalmente encontramos un hotel que lo primero que nos dicen es que están completos pero tan mala cara haríamos que el hombre se compadeció y nos alojó ¡ sólo por una noche!. Era un hotel musulmán y parece que no quieren infieles. Hotel familiar, lleno de niños correteando por todas partes. La gente que permanece en sus habitaciones está con las puertas abiertas sin nada que esconder. En el lobby el típico mantra que ya se nos convierte en pesadilla, pero siempre saludamos con un "Salaam aleikum" y nos devuelven el saludo con una sonrisa agradecida (al menos por nuestra intención, cortesía y respeto). Nos preguntan mucho si somos turcos pues nos ven "raros" pero probablemente musulmanes porque si no, ¿qué demonios hacemos por allí?. También nuestras barbas ayudan. Todo es mesura, espartaneidad y reflexión aunque las calles bullen, así que ducha y a dar una vuelta a pesar de estar agotados.

miércoles, 20 de agosto de 2008

SEXTA ETAPA: EGIPTO-EGIPTO (20 kms)


28 y 29 de julio de 2.008

Ayer noche intentamos de todas las maneras posibles tratar de negociar con esta gente pero no hubo manera. Fuimos de un sitio para otro en estas mugrientas instalaciones y todo el mundo se pasaba la pelota. Finalmente (al cabo de horas) nos localizaron a un tipo que nos podía hacer el famoso TRIPTIC en un asqueroso barracón, un tal Mr. Salah (escribo el nombre de este hijodeputa por si alguien lo conoce y lo quiere afeitar de mi parte) y ni tan solo se presentó ni se levantó siquiera del camastro donde estaba tirado viendo la tele, con los pantalones desabrochados y la bragueta abierta sinó que uno de sus dos subordinados que estaban allí con él, se hizo pasar por el hombre en cuestión y tampoco se levantó para tratar el problema. Me pedían 10.000 euros o 10.000 USD (5.000 por moto), daba igual (hombre, igual no da, digo yo) por dejarnos pasar las motos, sinó, nada de nada. Y punto. Me enseñaron un montón con no menos de 50 tríptics pero a la vez que los señalaban me decían sonriendo "10.000 USD, 10.000 USD".

Ya horas antes nos quisieron tumbar también una navajita nuevecita que llevaba con las herramientas de la moto, arguyendo que era una arma peligrosa. Como no me la dejé soplar me tuvieron dando vueltas por la aduana de jefecillo en jefecillo durante dos horas (de reloj, lo juro) hasta que el jefe máximo de la policía de la aduana le metió una bronca terrible al burro que intentaba quedársela diciendo como la cosa más natural del mundo que "todos los moteros llevan navaja".
Me quedé flipando.

Estuvimos pensando qué hacer y la peor suerte sería tener que volver por donde vinimos y dar por concluido el viaje. Mientras llega el dia pasamos la noche en el "Hotel Escarabajil" (teniamos un par en cada cama y por si acaso no miramos debajo). Un funcionario muy educado nos aconsejó esto y a la mañana siguiente mirar de arreglarlo.

Las motos se quedan en la frontera y las llaves de ellas también. Amanece y regresamos a las 8:00 AM para recuperar las llaves y ver qué hacemos.

Al contrario de lo que nos dijeron ayer, en el mismo pueblo donde pasamos la noche, Saloun, hay un banco internacional que nos podrá dar dinero con la tarjeta VISA (decían por la noche que el banco más cercano estaba a 400 kilómetros de la frontera y este no está ni a 5) y acabar de pagar el dichoso papelucho para seguir adelante cuanto antes.

Bajo de nuevo a Saloun yo primero y el banco no consigue sacar ni 1.000 USD con mi tarjeta. Vuelvo a subir muy cabreado por como había ido todo y baja el Figui. Los de la agencia nos las pagarán. No nos dijeron que era imprescindible este papel y estamos a punto de perder como mínimo un dia entero en esta mierda.

Figui, después de muchas gestiones consigue que su oficina bancaria envíe el dinero que necesitamos al banco egipcio. Una vez está todo OK le dicen que le darán el dinero en libras egipcias, que no es lo que se había acordado pues desde un primer momento dijimos que queríamos dólares norteamericanos. A mí me dijeron que no tenían existencias mientras que delante de mi movían de un lugar a otro un montón bien grande de dólares y les formé tremendo escándalo. Tras todas estas acaloradas discusiones, porque con estos anormales todo es a grito pelado y después que un director del banco de España pusiera firmes al subnormal de la oficina egipcia (tendríais que verlo haciendo crucigramas en su despachito de mierda mientras se pasaba el dia berreando a sus empleados), Jóse le preguntó dónde estaba el baño y siguiendo la dirección del dedo del tipo que a estas alturas estaba rojo de furia y de vergüenza, Figui se fue a cagar. Espero le dejara la oficina bien perfumada.

Mientras, llamamos a la embajada española en El Cairo y les explicamos la situación. Nos recomiendan que no paguemos ni un duro, que eso es un intento de extorsión clarísimo y que la única solución legal que nos pueden ofrecer es que vayamos a El Cairo a buscar los dichosos papeles, que nos proporcionarían gratuitamente pero que los trámites nos costarían unos 4 días. Están de manos atadas y no pueden hacer nada, repito, que no sea legal. Están muy pendientes de nuestra situación y su apoyo moral es fundamental en este trance. Les comprendemos y nos desean buena suerte.

¡Mierda, mierda y mierda! ¡Estamos solos!

Pero esto forma parte de la aventura que veníamos buscando, ¿no?. En lugar de dragones y princesas nos encontramos encerrados más bien en el Arkham Asylum para dementes peligrosos de los cómics de Batman tratando de buscar una salida y dejar toda esta podredumbre atrás antes de que nos contagien con su lepra.

sábado, 16 de agosto de 2008

QUINTA ETAPA: LIBIA- EGIPTO (983 kms)



27 de julio de 2.008

Ayer fue un día muy duro pues hicimos muchos kilómetros y ya no sabía ni como sentarme sobre la moto. Por suerte de noche ya no hacía calor y fuimos tirando y tirando. El objetivo era llegar hasta Ajdabiya, el pueblo antes de enfrentar "La Gran Recta" con el fin de poder encarrilarla bien frescos y llegar así rápidamente a Egipto. Antes de llegar a este pueblo sobrepasamos ya d e noche cerrada lo que parecía una macro refinería de petróleo que en sí ya era toda una ciudad, toda iluminada como si de un faro se tratara y que no paraba hasta la mañana siguiente en que otro turno seguiría con la producción. Más adelante nos encontramos con un tramo en obras (lo que faltaba) pero como que fue bien divertido me despejó de la modorra que me estaba cogiendo. Llegamos al pueblo y de cabeza al hotel. Jóse directamente a la cama, yo una buena ducha, la necesitaba. A la mañana siguiente nos tenemos que levantar bien temprano. ¡Las prisas! ¡Las malditas prisas!.

Tras el último control de policía empieza la nada. Una recta kilométrica en la que no hay límite de velocidad. La gasolina es baratísima, mucho más que el agua, y con estas todo el mundo a correr. Todo es recto, excepto en el kilómetro 66 que hay el impacto de un meteorito que ha dejado un cráter del tamaño de 6 campos de futbol y tenemos que hacer una "S" para sortearlo. Después más y más recta.

Nos cascamos 200 kilómetros de la recta interminable y justo en esta distancia está la única gasolinera de la zona. Jóse se da cuenta de que se nos han quedado los pasaportes en la recepción del hotel. Nosotros por las prisas y el despiste y los del hotel por la manía de retenerlos. Ahora Figui y el guía que nos acompaña tienen que volver atrás 200 kilómetros y 200 de vuelta para recuperarlos. Yo me quedo en medio de la nada guardando las motos y poniendo al día este diario y aguantando el sol inclemente del desierto como puedo, para colmo llevo una camiseta sin mangas que me deja los hombros más coloraos que un camarón. Esta vez aparece una ranchera con una familia de camellos arriba (papá, mamá e hijito). Esto es el paraíso de los pick-ups, los hay a montones y como se puede apreciar sirven para todo.

Bien, ya seguimos por este camino interminable y campos de minas aparte debidamente señalizados con señales con calaveras y tras varias zonas de arenas movedizas a nuestra derecha llegamos a la frontera. Todo el mundo en Libia ha sido muy amable con nosotros y enseguida se ve que tienen ganas de conocer y preguntan y sonríen mucho. Veo que con una sonrisa y un "Salaam aleicum" consigues muchas cosas. La despedida de la policia Libia ha sido un cachondeo, risas, Barça-Madrid, fotos junto un retrato de Gadaffi. En fin, muy buena gente.

Entramos en la aduana de Egipto y enseguida apreciamos un cambio significativo: Todo está mucho más sucio. Ratones y cucarachas a sus anchas. Mierda y más mierda por todas partes. Pasamos un control, dos, el tercero ya nos pide un papelito que no llevamos pero que resolvemos fácilmente allí cerca, el cuarto una visa que también va rápida y el quinto nos da la mala notícia: se trata de un papelucho que llos llaman TRIPTIC que sirve para poder pasar las motos. Sin este papel no nos las dejan pasar y nos piden 5.000 dólares americanos o euros (les da igual) a modo de depósito además de otra cantidad para un seguro que parece ser que la que llevamos no sirve para Egipto.

¡Estamos varados!

CUARTA ETAPA: LIBIA-LIBIA (900 KMS)



26 de julio de 2.008

Hoy hemos empezado el día bien temprano y salimos de Trípoli con demasiadas prisas, 135 km/h por las calles de la capital, y es que en Libia parece no haber límite de velocidad. Todo el mundo aprieta el pedal del coche a todo lo que da, y curiosamente, a pesar de ello, conducen bastante bien, se les ve muy experimentados y van de un carril a otro sin chocar. Para que os hagais una idea la gasolina es más barata que el agua y el litro de 98 octanos está a 0,0768 euros. Es decir que con un euro llenábamos el tanque. ¿Que os parece?, ja, ja, ja. Por eso todo el mundo va como va, quemando gasolina que da gusto. Parece que acaban de encontrar nuevos pozos y esa puede ser una de las razones por las cuales todo está patas arriba. Están haciendo todas las obras a la vez sin acabar de terminar ninguna (de momento). ¡Son la hostia!. El paraíso para cualquier contratista: hace falta de todo y hay dinero estatal a raudales. En el hotel donde nos alojamos había dos hombres de negocios chinos y ya se sabe que son como las ratas, donde hay comida...

Hemos visitado Leptis Magna, la antigua ciudad fundada por los fenicios hace 3.000 años y de la cual queda en muy buen estado la antigua urbe y el circo romano que está escondido un poco más allá. Todo es espectacular. Dicen que en su momento era más grande que la propia Roma y a pesar del expolio sufrido (aún quedan las vias de las vagonetas de cuando robaban todo lo que quedó), fácilmente te puedes hacer una idea de sus verdaderas dimensiones y del lujo de sus instalaciones: baños públicos, piscinas, casas con paredes de mármol, mercados de carne y de pesacado, teatro, circo, calles perfectamente pavimentadas... Para los que llevamos más de 10 años jugando a Tomb Raider podía oír la famosa musiquita al pasear entre las vastas ruinas de esta gran ciudad. Cada esquina cada rincón de la ciudad es una muy grata sorpresa. Miles y miles de detalles esculpidos en piedra para la eternidad.
Su inmejorable emplazamiento al lado del mar, Mediterráneo virgen de azules imposibles, te pone la piel de gallina y solo con cerrar los ojos te transportas a aquella época. El hecho de que estén en este país tan poco explotado turísticamente ha hecho de que se conserven muy muy bien.

Hacía mucho calor, sobre los 40 o 42º C, y así hemos salido a hacer carretera. De tanto en tanto paraba a refrescarme la cabeza pero el agua se evaporaba enseguida. Tenía que ir con la visera del integral bajada puesto que el aire que entraba era más caliente que el que respiraba dentro del casco pero Alá es grande: cuando peor lo estaba pasando una nube ha tapado el sol y de repente nos encontramos de frente con mi amado mediterráneo. Ya la brisa del mar ha hecho caer la temperatura 8º C.

Por lo que se refiere al país, nos encontramos en un estado hipodesarrollado y en el que aunque se ven excavadoras por todas partes es poco el trabajo que realizan. No hay nada de nada. PERO NADA DE NADA, ¡LITERALMENTE!. Las casas son muy pobres y nada guarnecidas, hechas con bloques de fibrocmento. No hay hoteles, no hay servicios y Trípoli, que como capital de una nación se le supone algo especial, se trata de cuatro edificios altos mal contados y deja mucho que desear.

Capítulo a parte es el machismo extremo de los libios. No se ven mujeres por las calles. Todas en sus casas "con la pata rota", y al atardecer, a la hora del paseo cuando refresca son los hombres los que salen a charlar, a sentarse en la hierba de los parques o a tomar un Nescafé (sí, son fans del Nescafé).

De vez en cuando nos cruzamos con viejas furgonetas que doblan su altura cargadas de cachivaches que van hacia Egipto.
En las afueras ya hemos visto manadas de camellos y hasta un furgón abierto llevando hasta media docena bien sentados (muy cómico).

viernes, 15 de agosto de 2008

TERCERA ETAPA: TÚNEZ - LÍBIA (624 KMS)


24 y 25 de julio de 2.008

Anuncian que el barco llegará con retraso y hablan no se qué de un rescate de emergencia en alta mar con helicóptero para recoger a un pasajero en estado grave. Parecía que no íbamos a llegar nunca. Finalmente tocamos puerto a las 12 de la noche. Como estamos descansados empezamos a bajar de noche. Hasta Sfax es todo autopista. Jose dice que con euros está todo arreglado. ¡Mentira!. Aquí sólo funciona el dinar y más fuera de la capital. tenemos que pagar los peajes de autopista con euros y nos sale más caro, pero da igual, tantas son las ganas de rodar... Para la gasolina conseguimos cambiar 50 euros y vamos tirando de aquí. Como que ya vamos tarde con lo del retraso del barco decidimos sacrificar el pais, cosa que ya tenia medio asimilada, y de todas formas lo poco que hemos podido ver por las diferentes carreteras que hemos pasado no me ha gustado nada. Lo único el litoral mediterráneo totalmente virgen, de aspecto árido, con algún pino y eso sí, miles y miles de olivos muy bien plantados.

Antes del alba paramos a echar una cabezadita de 3 horas antes de llegar a Tatouine (ver Star Wars) y llegar lo antes posible a la frontera.

Así como la entrada a Túnez no duró más de 3 minutos, la salida la han retrasado todo lo que han podido hasta que hemos soltado un billete de 10 euros. La cola de entrada a Libia es larguísima y lenta, muy lentaaaaaa. En Túnez nos querían hacer pasar miedo. Se nos llevaron los pasaportes con cara de que fuéramos traficantes, nos hicieron abrir las maletas Touratech para ver si llevávamos armas de destrucción masiva, me hicieron pasar a un cuartucho... nada, puro teatro. Estos guardias son unos mataos y lo que quieren es el billete. "Puritito folklore".

Nos tienen 5 horas esperando en la frontera libia por... (guardo este espacio hasta hablar un par de detalles con la persona interesada, en breve lo actualizaré en un sentido o en otro, perdonad las molestias)
El enlace que nos tenía que recoger nos dicen en la aduana que se regresó a Trípoli porque tenía que rezar. Me cago en dios y en la madre que parió a este hijoputa que nos deja colgados. De la agencia de viajes que contratamos para los trámites nos mandan un nuevo enlace desde de capital. Los trámites se hacen larguísimos, y más sin nada que comer ni nada que beber, ¡y con el calor que hace! Un oficial libio nos ve tan mal que muy amablemente nos proporciona dos botellas de agua y dos latas de Pepsi muy muy frías. No nos quiere cobrar nada pese a nuestra insistencia. A cambio le regalo un puro habano que sí me acepta de muy buen grado. Una vez más mi amada Cuba me saca de un aprieto.

Llega el segundo enlace (que no es otra cosa que una especie de policía de paisano que se pegará a nosotros hasta dejarnos en la otra frontera) y nos obligan a ponernos una matrículas libias encima de las nuestras para poder circular, y más papeles por aquí, y más papeles por allá. Uff, que pesados que son. Ya superado el suplicio llegamos a Trípoli muy cansados (por lo menos yo) ya que con el calor, el esfuerzo y con la noche que nos pilla por el camino ya se me cerraban los ojos. La carretera era una línea recta inacabable. Llegamos por fin y el caos circulatorio es total. Conducen muy rápido y de una manera totalmente anárquica, o te pones a su nivel o acabas bajo sus ruedas. ¡Cuidado!.

Conseguimos un buen hotel, ducha, cena ligera y vueltecita por los alrededores del centro. Nada que valga la pena salvo retratos de Gadaffi por todas partes celebrando su 38 cumpleaños (de que llegó al poder -me suena algo pero le llevan ventaja-, je, je, je).

Hombres y más hombres paseando y matando miserablemente el tiempo pues no hay nada que hacer. Plaza principal de la capital con carruajes "kicht" con caballos blancos emperifollados y gacelitas para fotos de bodas y comuniones. Cutre, cutre, cutre.
Las mujeres: en casa encerradas. Estos moros son la hostia.

SEGUNDA ETAPA: MARSELLA - TÚNEZ (950 kms)


23 y 24 de julio de 2.008

Esta es una larga etapa de esperas y retrasos. Hasta las 19:30 no estaba previsto embarcar, aún y así vamos al puerto un par de horas antes. La entrada al puerto de Marsella ha sido rápida y nos hemos colocado los primeros de la fila. Una marabunta de coches cargados hasta los topes estaban listos para embarcar. Las horas previas las hemos pasado hablando y viendo el panorama. Éramos los dos únicos occidentales del pasaje. Noto como toda esta gente que vuelve a casa de vacaciones va prosperando pues tienen buenos coches y se les ve muy bien vestidos. Parece que ahora lo último en moda entre los jóvenes tunecinos es llevar una gorra dos tallas más pequeña de lo que te toca colocada arriba de la cocorota. Hace mucho calor y está habilitada una zona de aspersión de agua pulverizada para los que se quieran refrescar. ¡Buena idea!

El barco llega con un par de horas de retraso. Es Corso. Subimos a bordo, atamos bien las motos en unos soportes especiales que tienen y subimos al camarote a por una buena ducha. De tanto esperar se ve que nos ha dado bien el sol y estamos con la cara roja. El barco es enorme. Tiene 10 plantas arriba y 3 de bodegas. Habilitan en tres rincones de la planta 9 unas mesillas plegables con ordenadores portátiles (uno no funciona, ya empezamos) en la que los funcionarios tunecinos de turno nos harán hacer cola con el fin de ir rellenando papeles y más papeles. Como siempre faltan bolis. Mesita 1, mesita 2 y mesita 3, venga hacer colas y colas (en lugar de centralizarlo todo en una sola). no nos ponen ninguna pega pero si se extrañan un poco de que vayamos en moto. Acabamos casi a las 12 de la noche y ya todos los restaurantes del barco han cerrado. Tengo hambre y me enfado un poco pues si terminamos con los trámites tarde no es por culpa del pasaje precisamente. ¡Que mala organización!. En la cubierta de la planta 10 hay un bar abierto que sirven bocadillos de atún con mantequilla que están muy buenos. Excelente cerveza de nuez y a dormir. Mañana será otro dia.

jueves, 14 de agosto de 2008

YA LLEGAMOS!!!

Querida familia y amigos:

Acabo de entrar por la puerta y lo que me apetece es darme una buena ducha y tirarme de cabeza a la cama. Todo a salido muy muy bien, las motos perfectas, como siempre, ni un pinchazo, nosotros con un subidón de adrenalina que para qué.

En breve actualización y pormenores.

Muchas gracias a todos y hasta pronto!!!!