martes, 1 de septiembre de 2009

¡Ya han llegado!


Hoy nos han llamado del aeropuerto de Barcelona para comunicarnos que las motos ya están aquí.
Ahora debemos pasar control de aduanas y pa' fuera.

Yuhuuuuu!

jueves, 27 de agosto de 2009

Camino a casa

¡Ya están llegando!
Hoy recibimos un nuevo e-mail desde Mongolia certificándonos que las motos ya están de camino a Barcelona desde Frankfurt, por TIR, y hasta nos han dado el número de seguimiento de Aeroflot que son quienes nos las traen.
El lunes estarán en casa.
It's a long way home!

:)

martes, 25 de agosto de 2009

Ya están en Frankfurt

Hoy han llamado del departamento de incidencias del aeropuerto de Barcelona para comunicar que las motos ya están en Frankfurt, pero preguntan que quién se va a hacer cargo de los costes de envío por TIR de las mismas. ¿Comorrrrrr? Pues el mongol que nos las mandó via Moscú, por supuesto. El servicio ya está pagado por adelantado hasta Barcelona.
Jose hoy mismo le ha enviado un e-mail para que se ponga en contacto con el aeropuerto de Frankfurt y nos diga de que va la película. Si mañana no responde lo llamaremos directamente.
A las malas muy malas tendremos que coger una furgo y nos vamos nosotros mimos a buscarlas. Si Pablo, Rober y Mario nos quieren acompañar la aventura no habrá terminado aún y seguro que será una buena excusa para pegarnos unas risas de nuevo, ja, ja, ja.

sábado, 22 de agosto de 2009

¿Via Frankfurt? ¿Para cuando?

Hoy recibí este esperanzador correo desde Ulaan Baator:

"Dear Xavi and Jose

Good day, Hope your vacation and travel was nice!
So sorry for late reply. I was off some days in countryside.
Your cargo shipped from Mongolia as planned on 15AUG and because of cargo space capacity of airplane from Moscow to Barcelona your motorcycles will make a transit again via Frankfurt-Hahn. And from Hahn will ship by truck to Barcelona.
You guys do not worry about of transportation. When it will reach in Barcelona people will contact you according to consignee name and address, thanks.

Best regards,"

¿Pero fecha?

viernes, 21 de agosto de 2009

No caben

La última noticia que tenemos de Aeroflot a través del departamento de incidencias del aeropuerto de Barcelona es que no llegan las motos por un problema de volumen. Parece ser que no les caben en los aviones que diariamente van de Moscú a Barcelona (¿?).
Están estudiando otras alternativas como son cederlas a otra compañía aérea o bien traerlas por TIR.
De momento nos dicen que hay que esperar. ¿Hasta cuando?

miércoles, 19 de agosto de 2009

En Moscú

La última noticia del departamento de incidencias del Aeropuerto de Barcelona es que las motos están en Moscú y que desconocen el motivo por el cual no han llegado a Barcelona. Me comentan que hay vuelos de carga diarios y que no entienden lo que está sucediendo. Están a la espera de la respuesta por parte de Aeroflot al fax que les mandaron ayer y en cuanto sepan algo se pondrán enseguida en contacto con nosotros.
Quiero agradecer tanto a Isabel como a Mercedes y a Carmen del departamento de incidencias el trato excelente que hasta el momento nos están brindando en este angustioso trance.

martes, 18 de agosto de 2009

Motos en paradero desconocido

Las motos tenían que haber llegado el pasado domingo en el vuelo de Aeroflot Cargo y a fecha de hoy nada de nada.
Estamos realizando las reclamaciones pertinentes tanto a Cargo Link Mongolia la empresa que facturó las motos como al mismo aeropuerto de Barcelona, que se ha puesto inmediatamente en contacto con Aeroflot para saber dónde andan.

Glups!

miércoles, 12 de agosto de 2009

El teniente Dann va al hospital


Martes 11 de agosto de 2009
Ya por fin en Barcelona, después de 16 horas de vuelo, el teniente Dann como me bautizaron mis colegas madrileños Pablo, Rober y Mario, va a urgencias en hospital de Sant Pau. Entro a las 20:00 y me sueltan a las 2:00 de la mañana. Pruebas, radiografías, analíticas, antiinflamatorio y suero en vena, antihistamínico... no son un torpedo en velocidad pero hacen su trabajo.
Reposo absoluto con la pata levantá, sinó ingreso.
¡Ya tu sabes!

One week in Ulaan Baatar










Via crucis a Ulaan Baator







Tres dias necesitamos para cubrir los menos de 1.000 kilómetros que faltaban para llegar a la capital Ulaan Baator en una furgoneta 4x4. ¿Cuánto nos hubiésemos demorado con las motos?.
Íbamos hacinados los 5 monstruos, más el conductor, las dos motos y todo nuestro equipaje. El calor y la falta de espacio era insoportable pero nuestra moral era muy alta y con buen humor y camaradería lo supimos llevar muy bien. Una locura, pero divertida.
Al conductor le llamábamos de todo: Jackie Chan, Chu-lí, Suegro (tiene una hija muy linda que nos despidió con té con leche y galletas), Michael Jackson (conducía con un solo guante, blanco, en su mano derecha) y tenía una cabeza más dura que el hormigón armado. Lo revisaba todo 500 veces antes de arrancar y nos sacaba de quicio con sus cabezonerías y sus cambios de cosas cuando todo ya estaba perfectamente en orden. Además, suponemos que para ahorrar gasolina, y para que le quedara mayor margen de beneficio sobre el precio pacatado, iba como que demasiado lento para nuestro gusto y no pasaba de 60 km/h. Vale que el camino era pésimo, vale que calculamos que con todo el peso arriba sumñabamos 3 toneladas pero es que daba la impresión de que andando le ganabas a la carrera. Lo que más me importaba a mí, no obstante, era llegar sanos y salvos pues ya había tenido demasiado con mis caídas. Lo malo es que Jackie conducía fatal, aceleraba donde no debía derrapando en las curvas y donde podia correr no pisaba (o la furgo no daba).
La furgo es sensacional. Tiene dos depósitos de combustible independientes, y su reductora para elegir tracción. El motor está dentro del habitáculo, entre conductor y pasajero, y suelta un calor de órdago, que suponemos irá muy bien en los fríos inviernos mongoles, pero en verano puedes asar sardinas encima. Con unas mantas y unos cojines mis compañeros fueron calentando sus posaderas por rigurosos turnos de 100 kilómetros cada uno, aunque parece que Mario, con su facilidad para los idiomas, pasó más rato que el resto conversando fluídamente con su suegro en mongoñol (ni mongol ni español). A mí me cedieron gentilmente el puesto de copiloto para que estirara la pata el máximo posible pero sufrí el tremendo calor los 3 dias de pesadilla y ya al final no sabía si era el mejor sitio o el peor.
En cuanto nos caía la noche, si no llégábamos a una población decente parábamos la furgo y montábamos campamento a disgusto de nuestro inestimable conductor. La primera noche fue a causa de rotura importante de motor. Ayudamos en todo lo que pudimos para poder continuar. Sacamos todas nuestras herramientas y estuvimos bastantes horas tratando de poner en marcha en cacharro pero con la cabezonería de Jackie Chan no podíamos y finalmente decidimos dejar que hiciera lo que le diera la gana mientras nosotros cenábamos ricamente a base de latas de garbanzos y lentejas, calentadas en un fuego de campo a ritmo de las meódicas canciones de Julio Iglesias que salían de mi movil y después nos acostamos ricamente cenados en nuestras tiendas pensando en el pobre Jackie. Toda la noche estuvo Jackie de trajín con todos los camiones y coches que pasaban por allá y ya por la mañana resolvió una pieza nueva igualita que la que se había partido la noche anterior. Esto es lo bueno de estos vehículos populares, que hay muchos recambios en todas partes. Así que el pobre Michael Jackson arrancó sin apenas haber dormido y empezamos otra jornada de desierto. El tipo se dormía conduciendo, estaba al límite de sus fuerzas. Se peinaba, se sacaba el gunate y se lo volvía a poner, encendía un cigarrillo, comía una galleta, sacaba la cabeza por la ventana. Estaba hecho polvo y no lo quería reconocer. Le hicimos parar en un pueblecito del camino y le obligamos a dormir dos horitas. A los 10 minutos ya estaba en un restaurante comiéndose un plato de sopa y metiéndonos prisa para seguir. ¡De madre!. Pinchamos rueda, atravesamos ríos, cogimos los mil y un baches y ya de noche cerrada el tercer dia, Ulaan Baator a las puertas. Una gran tormenta eléctrica nos recibe. Apenas cae agua pero los rayos y los truenos van en aumento y por doquier. El silencio se hace dentro de la furgo y cada cual sabe lo que pensaba en aquel momento. Mario nos regala un momento impagable del viaje al poner en marcha su móvil al ritmo de un pasodoble español. En ese momento pensé en la escena de los helicópteros atronando con La carga de las Valkirias, de Wagner, en la película Apocalypsis Now. Y así, entre mil risas es como llegamos por fin a la capital de Mongolia: Ulaan Baator.

sábado, 8 de agosto de 2009

Domingo, 2 de agosto de 2.009





LLegamos al segundo pueblecito importante desde la entrada a Mongolia totalmente torturados por las carreteras. Ya no podemos seguir más sin arriesgar las motos o la vida. Jose va sin amortiguación trasera y yo sigo con los problemas de encendido. Aquí nos encontramos con 3 muchachos madrileños que conocimos dias atrás en la aduana mongola que acababan de escacharrar el coche que llevavan. Pablo, Ricardo y Mario. Participan en el Mongol Rally y pese a llevar el coche reforzado en los bajos etc, etc, lo revientan, y es que en mi vida, jamás me hubiera podido imaginar nada tan duro. No podemos volver atrás y sólo nos queda seguir a Ulaan Baator. El plan: embarcar las motos y volver en avión. Si queremos llegar a la capital, con estas condiciones, no llegaríamos a tiempo.
Salimos a buscar una furgoneta 4x4 rusas que corren por aquí y no nos cuesta demasiado encontrarla. Los madrileños nos acompañan también puesto que su coche ya no tiene arreglo.. Hotel, ducha, relax, cena y discoteca de pueblo. Cutre, cutre, cutre.

Sábado, 1 de agosto de 2.009





Segundo tortazo importante.

Viernes, 31 de julio de 2.009



El paraíso deviene en infierno y la belleza de la parte más noroccidental del país se conviete en una pesadilla de grava, piedras afiladas y arena que hacen totalmente imposible la circulación fluída. Hay que estar al 200% pendiente de la carretera puesto que es muy fácil caerse. Allá dónde hay pistas, las roderas que dejan los camiones dejan el suelo como interminables patatas onduladas que te descoyuntan todos los huesos, sacándote los hombros de sitio, y hay que agarrarse muy fuerte del timón desplazando todo el peso del cuerpo a la parte delantera de la moto, dejando que la trasera culee de derecha a izquierda como quiera. Le cojo el tranquillo y llego a poner la moto a 80 km/h en algún tramo aunque la velocidad media es de 40 km/h, para que veais la dificultad. Así no se avanza.

Primer tortazo importante. En una pista de las de confianza voy alegremente a 80 km/h, está encajonada entre dos arcenes que la superan en altura por unos 50 cms, y entro en una rodera que me lleva fuera de la carretera. El suelo es de grava así que si freno me voy al suelo con lo que para volver a dominar la moto doy gas y la moto sube por mi arcén derecho, pierdo el control de la rueda delantera y caigo al suelo saltando por encima de la moto y golpeándome el homóplato derecho, quedando de cara al sol. La moto no sufre ningún daño gracias entre otras cosas a las maletas metálicas y a los puños que pusimos a última hora. Veo que todo va bien, me levanto y sigo, ¡vaya hostia! Era sólo cuestión de tiempo caer. Esta vez reduzco la velocidad. Lección aprendida.
Nos va a caer la noche en el camino y desde un jer nos hacen señales para que nos acerquemos. Es una familia kazaja que nos acoje en su casa y nos invitan a cenar y a dormir en su tienda. Una experiencia alucinante. Hacemos las presentaciones durante la merienda y les regalamos de todo de lo que llevamos encima: ropa, medicamentos y alegría. El jerarca es un señor de mayor de 72 años que vive con sus hijos y sus nietos, 200 cabras, 10 yaks y varios perros pastores. Son una familia muy humilde y ávida de conocer cosas. Repiten lo que decimos en castellano y se lo aprenden en nada (al dia siguiente les pasaremos examen y recordarán todas las palabras aprendidas la noche anterior) se nota que tienen la mente muy fresca y como que no reciben tantos inputs como nosotros, tienen mucha más facilidad que nosotros para recordar. Tras la merienda de quesos durísimos como piedras y té con leche de yak nos enseña sus rebaños mientras las mujeres preparan la cena. Jose dice que la tienda por dentro huele muy bien y lo que acaba oliendo bien son las boñigas de los animales que usan como combustible para cocinar, ja, ja, ja.
Ya a la hora de cenar las mujeres en un lado de la tienda y los hombres en el otro. De la olla hirviendo adivina que es lo que sacan para comer: UNA PUTA CABEZA DE CABRA. ¡La madre que los parió! Miro alrededor por si hay una cámara oculta y me están haciendo una broma. Digo que esto no puede estar sucediendo. Pero sí. Es real. Con un cuchillo afilado empiezan a descarnar la cabeza y echando los pedazos en un gran plato de donde comeremos todos a la vez con las manos. Añaden unas tripas también para acabar de completar el menú. Superando el asco incial y sin mirar demasiado empiezo a engullir para no hacer ningún feo y reconozco que el sabor no era nada malo. Ya lo máximo fue ver como el viejo metía el dedo por entre las cervicales del cráneo de la cabra para sacarle los sesos y comérselos con los dedos.
Noche cerrada y quiero salir del jer a orinar. Me detienen en la puerta puesto que hay que agarrar al perro que guarda el exterior de la puerta. Es un perro entrenado para enfrentarse a los Chewacca que moran los alrededores. Chewaccas, ¡lobos!. Dice el señor que las montañas mongolas están infestadas de ellos y que van siguiendo a los rebaños con la esperanza de que una oveja o una cabra se pierda para dar buena cuenta de ella. Y nosotros queríamos acampar tranquilamente en las montañas, ja, ja, ja. Si es que no hay miedo, no hay miedo. Fíjaos como son las cosas que a medida que se va el sol los animales vuelven por si solos la seguridad que dan las tiendas de los humanos. No hay que salir a buscarlos, controlar un poco por encima y listo. Los yaks resoplan adormilados yacidos tranquilamente en el suelo. La noche es negra y fría. Me tomo un voltarén para el dolor de espalda y duermo como un bebé al calor de la chimenea de boñigas de yak.
Esta es una experiencia alucinate, no buscada, que quedará para siempre grabada en mi corazón.
:)

Jueves, 30 de julio de 2.009




La temperatura exterior al levantarnos es de 4º C. Por la noche oímos unos disparos pero no hicimos caso. No sabemos que estarían cazando a aquellas horas de la noche aunque ahora que lo pienso probablemente fuera para ahuyentar a los lobos. Dicen que hay bastantes por aquí.
Hay una niebla alta pero no nos molesta. Todos los picos están nevados así que nosotros con el uniforme de verano como que no vamos muy sobrados.
El paisaje sigue siendo espectacular. Ríos con mucha fuerza, valles inmensos, picos nevados, y empezamos a ver los primeros rasgos orientales en la gente además de camellos bactrianos, yaks y grupos de caballos sueltos por todas partes. Es maravilloso.
estas montañas parecen no tener fin. Una y otra y otra y otra, el camino va zigzageando entre ellas siguiendo el curso del río. Son de largo mucho más espectaculares que los Urales. Esto es 100% naturaleza virgen.
Paramos en un poblado de cuatro casitas de madera y nos preparan un desayuno buenísimo con el que recuperamos fuerzas. Una sopa de remolacha, nabos y yoghourt que bien calentita está buenísima, y para acompañar pan chino relleno de carne de ternera. Como que las vacas sólo comen hierba de las montañas del Altay el sabor es incomparable. Una delicia.
Bastantes kilómetros después llegamos a la aduana rusa, y después de mil trámites y sacarnos hasta la última moneda entramos en tierras mongolas. Para empezar acaba el asfalto y el camino que nos encontramos es de tierra. ¡No hay carreteras! Una marmota yace panza arriba mietras tres ágilas se la están comiendo. Montañas de terciopelo verde, lagos de mercurio, caballos a su aire, yaks... ¡Qué maravilla! ¿Así es como se creo el mundo? Todo es totalmente virgen. El camino puedes hacerlo por donde quieras pero nuestras motos no están suficientemente preparadas y sufren bastante. Para empezar tenemos que subir una ladera bastante larga y pronunciada y da miedo mirar atrás. Gas a fondo y arriba, arriba, arriba.

Miércoles, 29 de julio de 2009




Definitivamente no sirvo como ladrón de coches. El tema de hacer el puente para arrancar la moto me lleva de cráneo puesto que cada vez que sale la chispa, instintivamente salto hacia a trás y no lo consigo fácilmente. Prefiero tirarla cuesta abajo y arrancarla en segunda.
Hace un dia horrible, con una fuerte niebla. No se ve casi nada pero tenemos que continuar, con cuidado, pero adelante. La humedad nos deja los pantalones mojados y la verdad es que hace un poco de frío. Después de bastantes kilómetros en estas condiciones vemos la sombra gigante de un helicóptero del ejército soviético, vaya usted a saber en qué guerra sirvió, ¡impresionante! Fantasmagóricamente va saliendo de entre la niebla y justo cuando estamos a su lado vemos las verdaderas dimensiones de semejante bestia de hierro. Es muy, muy grande. Esperamos a que levante un poco la niebla, sacamos cuatro fotos y seguimos. Ora llueve, ora para, ora vuelve a llover. Una pesadilla. Quedan apenas 1.000 kilómetros pero las condicones meteorológicas y las de las no-carreteras no nos dejan avanzar al ritmo que nosostros quisiéramos. A parte de esto hay que mencionar que de tanto en tanto vas encontrando carteles que te avisan que para la próxima población quedan 300 kilómetros y cuando ya llevas 150 hechos vuelves a encontrar otro que sigue diciendo que para la próxima población ¡quedan 300 kilómetros!
De repente: Altay. Nos recibe lloviendo y es una látima puesto que es, de largo, lo más bonito que hemos visto hasta ahora. Paisaje de alta montaña con ríos magníficos.

Martes, 28 de julio de 2009



En el día de hoy creía que lo más interesante era ver un pato dándose un chapuzón en un charco, y al final hubo movida puesto que en el repostaje final antes de llegar Novosibirnsk vuelvo a encender la moto y esta no arranca, movida, desmontamos las tapas y revisamos todos los fusibles pero todo estaba todo ok. Revisamos todo pero no damos con que. LLamamos a Italomotor y nos dan la luz. Hay que hacer un puente en el motor de arranque y listo. Dicho y hecho. Nos queda más de la mitad del viaje con este cuento así que...

Por el camino encontramos un par de cow-boys manejando el ganado y en una obra cercana la primera moto-hormigonera que he visto en mi vida. Si es que el que no inventa es que se aburre.

Lunes, 27 de julio de 2009



De Cheliavinsk a Omsk

Ha sido un dia de kilometraje monótono de paisajes salpicados de lagunas, lagos y charcas que se ven muy bien con el Google Earth y de millones de árboles que creo son de reforestación (tendré que averiguarlo). Aún y así son millones los que hay.
Por cierto, los lavabos son retretes al más puro estilo Far West, un agujero hediondo en el suelo donde se amontonan montañas de mierda rodeados de estructuras de madera más o menos curiosas. Piensas que como ceda el suelo te hundes...

Fotos




miércoles, 5 de agosto de 2009

OBJETIVO CUMPLIDO


Por fin llemagamos a Ulaan Batoor.
Realmente ha sido toda una odisea y una prueba durísima tanto para las motos como para nosotros mismos. El paraíso devino en infierno.
Dada la inexistencia de carreteras y la crudeza del terreno finalmente tuvimos que recurrir a meter las motos en una furgoneta 4x4 y llegar enteros a la capital, de otra manera hubiese sido imposible al menos con tan poco tiempo como nos quedaba. Las suspensiones traseras de la moto de Jose dijeron basta, así como el embrague. De la mía el encendido eléctrico y la carburación no estaba muy fina.
En la aduana entre Rusia y Mongolia nos encontramos tres chicos madrileños que han sido clave la etapa final del viaje. Pablo, Roberto y Mario, del equipo PRM Team del Mongol Rally, que rompieron su coche a 200 kilómetros de la frontera y se unieron con nosotros con la furgo 4x4. No hemos parado de reír desde que unimos esfuerzos y estos dias en la capital Ulaan Batoor son de partirse la mandíbula.
Por supuesto que ya tenemos planes futuros pero eso será para el año que viene.
Mientras seguimos trabajando en la tramitación del regreso de las motos por avión y en cuanto lo tengamos cerrado volvemos a casa.
De momento relax, mucho relax. Hoy nos vamos los cinco a disparar con AK47, bazookas y un tanque. :)
¡Salud!

jueves, 30 de julio de 2009

mensaje rapido

Viernes 31 de julio de 2009

YA ESTAMOS EN MONGOLIA!!!!!!

No hay wi-fi asi que escribiremos como podamos, teclado ingles en un cibercafe mongol(i'm sorry)

La verdad que ha sido duro llegar hasta Mongolia pero no podiamos regresar sin haberlo conseguido. Ahora la dificultad estriba en que aqui NO EXISTEN CARRETERAS!!!. Pasas la frontera de Rusia y se acaba el asfalto, te abren la ultima verja y empieza la nada absoluta. Vas por donde quieres. Si prefieres seguir las roderas de otros coches pues ya es una pista por donde tienes que ir pero la gravilla y las piedras hacen que la moto vaya al limite pues no estan todo lo preparadas que debieran. Faltan las suspensiones de gas y pesan demasiado como para dominarla facilmente.
Por lo demas es el pais mas maravilloso que he visto en mi vida. Todo son montanas de terciopelo verde y lagos de mercurio, caballos mustang a su aire, vacas, yaks, camellos bactrianos (los de dos jorobas), una marmota yacia panza arriba y tres halcones la estaban devorando, en fin, naturaleza pura y dura.

Estamos barajando llegar a Ulaan Batoor y regresar con las motos en avion hasta Berlin pues hay una compania aerea que ofrece este servicio, asi, ya que estamos aqui, podremos disfrutar por mas tiempo de este maravilloso pais. Por lo contrario ya tocaria dar media vuelta.

Vamos a desayunar a ver que decidimos. La diferencia horaria es de +5 horas.

Salud!

lunes, 27 de julio de 2009

Domingo 26 de julio de 2009




¿Quién ha cruzado los montes Urales en moto? ¿Quién ha traspasado sus más de 350 kilómetros de ancho? ¿Quién lo ha hecho lloviendo puñales y con las cumbres vendadas por las nubes? Os aseguro que hay que estar chalado sólo de pensar en intentarlo y más aún haberlo conseguido. Tenemos la cara roja, curtida, por el viento y el agua. Un trailer que transportaba sandías resbaló y cayó a un lago justo entre nosotros dejando a flote gran parte de la carga. Afortunadamente el conductor salió sano y salvo. La hostia fue salvaje.
Ahora ya estamos en el lado asiático. Ya antes de cruzar el paisaje iba cambiando. Grandes planicies bellísimas totalmente cubiertas de girasoles. Los primeros caballos corriendo y brincando solos, dando cabezazos al aire. Que paz hay aquí. Dondequiera que paramos la gente se acerca a entablar conversación: que de dónde venimos, que a dónde vamos? y todo eso, y siempre con una sonrisa en los labios. Es gente muy pero que muy sencilla. En un bar de carretera nos detiene el aroma que desprende su chimenea. Comimos el primer kebab y es que echábamos en falta un poco de comida oriental.
Atacamos los Urales. Vuelven los abetos, miles, millones de ellos. Espectaculares paisajes salpicados de estanques y lagos, lástima de la lluvia que nos obligaba a centrarnos muy mucho en el camino.

Sábado 25 de julio de 2009



Hoy amanecimos con las tiendas de campaña mojadas del rocío. A las 2:30 de la mañana ya asoma la primera claridad del dia y a las 3:30 ya se ve perfectamente. La etapa de hoy es bien larga, de casi 1.000 kilómetros pues queremos llegar a Ufa para el domingo atacar los Urales. El paisaje va cambiando, ya dejamos atrás el anillo verde que rodea Moscú (con la cantidad de árboles que hay seguro pueden hacer una casa de madera de dos plantas a cada habitante de la tierra, y palillos... hay palillos hasta la eternidad) Ya la cosa va de praderas, pero de praderas como las del Far West. He visto un rebaño de más de 100 vacas que parecían un botón en una sábana. Nos acercamos a Oriente, aparecen las primeras mezquitas. Mezquitas igual a musulmanes. Musulmanes igual a cabras. Cabras igual a carne asada... hummm... El camino otra vez a veces bueno a veces muy malo. El traqueteo nos funde los huesos. Seguimos.
En una pendiente muy pronunciada adelantamos en línea contínua a una caravana de camiones y el lo alto de la mantaña nos detiene no uno, dos coches de policía echándonos una bronca de cojones. Ante los gritos de los policías nos reímos. Nos piden los papeles y toda esa payasería pues no saben leer nada que no esté en cirílico así que como si miraran cromos. Poco a poco van aflojando sobretodo cuando el Sheriff saca el manual de autoescuela y se da cuenta de que en una pendiente así se permite adelantar a un camión. Al final nos pide el descarado del Sheriff 50 euros y nosostros, ahora sí, sabiendo que no habíamos hecho nada malo le decimos que nananina. Me ofrece la libreta en la que ha escrito él 50 euros para que le haga una contaroferta y estoy a punto de pintarle dentro del 0 un culo, pero Figui me detiene diciéndole que la pasta es para los niños de Mongolia. Y al final nos deja ir a regañadientes. Nos persigue durante varios kilómetros por si cometíamos una infracción y al llegar a un motel habla con el dueño para que nos resuelva una habitación. La verdad es que nos tratan de primera. Le ganamos la partida en justa lid y supo reconocerlo.

Viernes 24 de julio de 2009

Jueves 23 de julio de 2009




Desde Rusia con amor.
Por fin nos zafamos de la pesadilla de las carreteras Ukranianas, aunque el único tramo más o menos decente es el que hemos hecho hoy entre Kiev y la frontera con Rusia. Unas nuevas obras nos desvían por un pueblecito campesino y dudo al 100% si estoy en Pinar del Rio o en donde demonios. La falta de negritos es lo único que me pone en sitio.
Por el camino una patrulla me saca una foto circulando a 84 km/h y me quieren poner una multa. Les digo que no llevo dinero y que si quieren que me esposen y me lleven al cuartelillo. Para reforzar la idea junto las muñecas y el poli gordo (¿porqué será que siempre van uno gordo y otro flaco?) se ríe a mandíbula batiente y saca las esposas para seguir el juego pero las vuelve a guardar enseguida. Todo lo que llevaba en su moneda era un billete de 100 (10€ al cambio) y con eso se contentan, no sin antes ofrecerme un Marlboro y unos buenos deseos en nuestro viaje. Ya creo que esto forma parte de un programa folklórico especial para el turismo.

LLegamos a la aduana sin demasiados contratiempos y esperamos la lotería del papeleo. Con suerte pasaremos rápido, sin ella nos tendrán ahí todo el día. Como suele ser habitual cuando dices que eres de Barcelona enseguida sale alguien con el futbol y a este efecto llevo arriba unos posters del Barça que abren más puertas que un cerrajero viejo, y así repartiendo aquí y allá hemos pasado la frontera en TAN SOLO 2 horitas a pleno sol, que no es moco de pavo, aunque previamente nos han sacado la pasta con nosequé de seguro obligatorio para Rusia, en fin, gajes fronteriles.

Ya estamos dentro y , ¡oh sorpresa! las carreteras siguen siendo una gran mierda. Parece que el comunismo más que contra el capitalismo estaba contra el asfalto. Dice Jose que a los dictadores no les interesa que la gente se desplace. Aquí el piso es de bloques de hormigón. Un carril de ida y uno de vuelta, y en los más de 600 kilómetros de hoy hemos visto tres grandes accidentes de camiones y hasta un muerto.
El traqueteo de la moto es el no va más. Pasar de 100 se puede convertir en un suicidio en según que tramos y todo porque las amortiguaciones reforzadas aquí no dan la talla. Un grupo de motoristas nos adelanta sin esfuerzo y en parte es por las suspensiones y poque iban más ligeros de equipaje. Ya la Scrambler está al tope de sus potencialidades y para estos usos requiere de una preparación más a fondo.
Mientras, el paisaje es enorme en todo. Aquí la naturaleza no está domada por la mano del hombre (o el hombre tiene una mano muy grande). De tanto en tanto nos encontramos con vestigios del pasado soviético. Me gusta verlos.

No queriendo entrar en Moscú nos quedamos en hotel de carretera decente, kitsch pero decente, y compartimos mesa con unos ingleses que están participando en el Mongol rally. Pasamos un buen rato compartiendo experiencias de viaje.

miércoles 22 de julio de 2009



Ucrania: el paraíso de los Ladas, los grandes Volga y algún que otro Moskovitch del año del pum conviven con los últimos todoterrenos y grandes coches de lujo.
Hoy ha sido un dia muy duro, muy duro, muy duro. Los 530 kilómetros que separan L'viv de Kiev han sido un infierno puesto que no es que las carreteras sean buenas o malas, ¡es que simplemente no existen!, ¡las están haciendo ahora!: baches, obras, pavimento levantado.. lo que pensábamos hacer un un plácido recorrido por la campiña ukraniana ha puesto a prueba nuestras Scramblers y nuestras fuerzas, tanto físicas como mentales. El traqueteo de las ondulaciones del terreno nos ha dado una paliza de órdago y las suspensiones de las motos han hecho tope en repetidas ocasiones. Tramos complicados, viejos camiones rusos con ruedas roturan la tierra... ¡que barbaridad!
A cambio hemos disfrutado de viejos monumentos de la época soviética que son impresionantes tanto por su tamaño como por su estilo y contenido. Lo que son estatuas propiamente dichas son colosos, gigantes, enormes piezas de piedra en honor al soldado heroico o al campesino ejemplar. Hoy hemos visto también un viejo MIG congelado el el momento de despegar y varios tanques en sendos soportes. Muy espectacular.
Para más INRI al llegar a Kiev no hay indicaciones de cómo seguir hacia Moscú y hemos estado dando vueltas durante horas. Se nos ha echado la noche encima y ya sabemos lo peligroso que puede ser conducir así, pero bueno, nada malo ha pasado.
Y ayer que veía las cosas desde un punto de vista bucólico. El campo, que me parece al cubano que tantas veces he visto: casitas de madera con techo de chapa, las hijas todavía del brazo de sus mamás cargando bolsas plásticas a cada lado, bueyes y vacas a su libre albedrío y algún que otro caballo paciendo en la cuneta.... en fin, mañana Rusia.

martes, 21 de julio de 2009

Martes 21 de julio de 2009



Dia corto pero intenso, como un café espresso. Esperamos con desesperación a que el courrier de DHL llegara con los papeles originales de la moto de Figui y llega justo a las 24 horas de contratar el servicio. Salimos disparados hacia la aduana y no sin ciertos remilgos conseguimos pasar (no entendían que ayer estuviéramos ahí y hoy otra vez). Ya dentro de Ukrania todo cambia. Aquí empieza la aventura de verdad. Lo primero que todas las señales están en cirílico y cuesta adaptarse. Lo segundo que todas las carreteras son secundarias, se acabaron las autopistas. Naturaleza salvaje en esta parte: grandes montañas repletas de frondosos abetos y ríos de gélidas aguas que sirvenn de despensa a los pescadores que en ellas echan las cañas. Vendedores de pieles y otros souvenirs. Al este, siempre al este.
Desde la propia aduana nos advierten de la corrupción de la policía ukraniana, y efectivamente, a los pocos kilómetros nos para una patrulla que va a la caza y captura del extranjero. Nos piden todos los papeles habidos y por haber, nos revian las maletas a ver con qué pueden quedarse. Un policía que se veía novato me pide que le regale la bombilla de faro que llevaba de repuesto. Evidentemente le digo que no. Después nos piden dinero pero nananina, que no que no. Finalmente, como que llevamos todo en orden se inventan que no llevamos la E de España en las maletas y que por eso nos van a multar. Ya cabreado por el tiempo que nos está haciendo perder saco la cinta aislante y le planto dos E del tamaño de un plato en cada maleta. Como que ya no tiene más excusas llega un superior suyo y nos deja marchar. Habrá que ir con cuidado con esta gente.

Lunes 20 de julio de 2009




Desayunamos tranquilamente en el hotel Residence Ózon Matrahaza del lago Balatón y arrancamos hacia Budapest. No puedo evitar sacar una foto de mi preciosa Scrambler a orillas del lago y al ir a coger la autopista nos equivocamos de salida, reculamos y al intentar incorporarnos caigo casi en parado, nada grave ni nada serio,. Recuerdo unas lecciones del Youtube de como levantar una moto pesada del suelo y la levanto sin esfuerzo en un milisegundo. Todo controlado. Vamos a buen ritmo y enseguida llegamos a la carretera de circunvalación de la capital, en obras, con un tráfico muy intenso de camiones que la vuelven muy peligrosa. Vamos con mucho cuidado pues un descuido significa el final de la aventura. Al cabo de un buen rato ya cogemos la carretera principal hacia Miscolc y Meszochat, donde ya estuve hace unos años y la pasé realmente bien con la tía Yazmín y el tío Ishtban. Guardo muy gratos recuerdos de aquel viaje. Todo son campos de girasoles y Hungría bien sigue pareciendo el granero de la URSS.
Cruzar Hungría se me hace bastante monótono y cuando por fin llegamos a la aduana con Ukrania no nos dejan pasar pues Jose olvidó los papeles originales de la moto y sólo trajo las fotocopias. Le puede pasar a cualquiera y como ya no hay remedio hay que actuar en segundos. Los guardafronteras ukranianos nos advierten que aunque nos dejaran pasar la policía nos pararía cada dos por tres para pedirnos los papeles y el problema no haría más que repetirse una y otra vez, así que Jose decide volver atrás y con la inestimable ayuda (una vez más) de Irene, nos manda la documentación por DHL con carácter urgente. De paso nos ha buscado una habitación el el hotel Corona de la bonita ciudad de Nagyhalasz,. Muertos de hambre, por el camino paramos en un restaurante de carretera ambientado en el Far West americano, hecho con troncos de madera y con cráneo de buey incluido, y nos hartamos de un delicioso pollo especiado con aros de cebolla y kartoffen que está delicioso. El paisaje es de espesos bosques en estas latitudes. Frondosos y misteriosos. Por suerte no acamparemos por aquí pero más adelante será inevitable. En lugar de acudir a la población principal damos con un villorrio con el mismo nombre al estilo Frankenstein, con casitas de techoa dos aguas e iglesias puntiagudas con enormes crucifijos a la entrada, donde unos campesinos que iban con un viejo carro de madera tirado por un caballo de carga nos indican el camino correcto. Llegamos la ciudad y un señor muy amable nos hace de guía en su bicicleta y nos deja en la misma puerta de l hotel. El hotel en cuestión es un viejo casino del año del pum y tal parece sacado de una película de James Bond en los tiempos de la guerra fría. Arañas de cristal en el techo, escalinata de mármol, grandes habitaciones de techos altos, puertas de madera que no ajustan (como si las hubieran echado abajo a patadas), cámaras de vigilancia por todas partes, como si la Stassi o la KGB aún rondaran por el edificio. De hecho la mitad el edificio es un banco y claro, de ver tantas películas a uno se le dispara la imaginación...
Mañana toca esperar la llegada de la documentación e intentaremos un segundo asalto a la frontera de Ukrania.