jueves, 27 de agosto de 2009

Camino a casa

¡Ya están llegando!
Hoy recibimos un nuevo e-mail desde Mongolia certificándonos que las motos ya están de camino a Barcelona desde Frankfurt, por TIR, y hasta nos han dado el número de seguimiento de Aeroflot que son quienes nos las traen.
El lunes estarán en casa.
It's a long way home!

:)

martes, 25 de agosto de 2009

Ya están en Frankfurt

Hoy han llamado del departamento de incidencias del aeropuerto de Barcelona para comunicar que las motos ya están en Frankfurt, pero preguntan que quién se va a hacer cargo de los costes de envío por TIR de las mismas. ¿Comorrrrrr? Pues el mongol que nos las mandó via Moscú, por supuesto. El servicio ya está pagado por adelantado hasta Barcelona.
Jose hoy mismo le ha enviado un e-mail para que se ponga en contacto con el aeropuerto de Frankfurt y nos diga de que va la película. Si mañana no responde lo llamaremos directamente.
A las malas muy malas tendremos que coger una furgo y nos vamos nosotros mimos a buscarlas. Si Pablo, Rober y Mario nos quieren acompañar la aventura no habrá terminado aún y seguro que será una buena excusa para pegarnos unas risas de nuevo, ja, ja, ja.

sábado, 22 de agosto de 2009

¿Via Frankfurt? ¿Para cuando?

Hoy recibí este esperanzador correo desde Ulaan Baator:

"Dear Xavi and Jose

Good day, Hope your vacation and travel was nice!
So sorry for late reply. I was off some days in countryside.
Your cargo shipped from Mongolia as planned on 15AUG and because of cargo space capacity of airplane from Moscow to Barcelona your motorcycles will make a transit again via Frankfurt-Hahn. And from Hahn will ship by truck to Barcelona.
You guys do not worry about of transportation. When it will reach in Barcelona people will contact you according to consignee name and address, thanks.

Best regards,"

¿Pero fecha?

viernes, 21 de agosto de 2009

No caben

La última noticia que tenemos de Aeroflot a través del departamento de incidencias del aeropuerto de Barcelona es que no llegan las motos por un problema de volumen. Parece ser que no les caben en los aviones que diariamente van de Moscú a Barcelona (¿?).
Están estudiando otras alternativas como son cederlas a otra compañía aérea o bien traerlas por TIR.
De momento nos dicen que hay que esperar. ¿Hasta cuando?

miércoles, 19 de agosto de 2009

En Moscú

La última noticia del departamento de incidencias del Aeropuerto de Barcelona es que las motos están en Moscú y que desconocen el motivo por el cual no han llegado a Barcelona. Me comentan que hay vuelos de carga diarios y que no entienden lo que está sucediendo. Están a la espera de la respuesta por parte de Aeroflot al fax que les mandaron ayer y en cuanto sepan algo se pondrán enseguida en contacto con nosotros.
Quiero agradecer tanto a Isabel como a Mercedes y a Carmen del departamento de incidencias el trato excelente que hasta el momento nos están brindando en este angustioso trance.

martes, 18 de agosto de 2009

Motos en paradero desconocido

Las motos tenían que haber llegado el pasado domingo en el vuelo de Aeroflot Cargo y a fecha de hoy nada de nada.
Estamos realizando las reclamaciones pertinentes tanto a Cargo Link Mongolia la empresa que facturó las motos como al mismo aeropuerto de Barcelona, que se ha puesto inmediatamente en contacto con Aeroflot para saber dónde andan.

Glups!

miércoles, 12 de agosto de 2009

El teniente Dann va al hospital


Martes 11 de agosto de 2009
Ya por fin en Barcelona, después de 16 horas de vuelo, el teniente Dann como me bautizaron mis colegas madrileños Pablo, Rober y Mario, va a urgencias en hospital de Sant Pau. Entro a las 20:00 y me sueltan a las 2:00 de la mañana. Pruebas, radiografías, analíticas, antiinflamatorio y suero en vena, antihistamínico... no son un torpedo en velocidad pero hacen su trabajo.
Reposo absoluto con la pata levantá, sinó ingreso.
¡Ya tu sabes!

One week in Ulaan Baatar










Via crucis a Ulaan Baator







Tres dias necesitamos para cubrir los menos de 1.000 kilómetros que faltaban para llegar a la capital Ulaan Baator en una furgoneta 4x4. ¿Cuánto nos hubiésemos demorado con las motos?.
Íbamos hacinados los 5 monstruos, más el conductor, las dos motos y todo nuestro equipaje. El calor y la falta de espacio era insoportable pero nuestra moral era muy alta y con buen humor y camaradería lo supimos llevar muy bien. Una locura, pero divertida.
Al conductor le llamábamos de todo: Jackie Chan, Chu-lí, Suegro (tiene una hija muy linda que nos despidió con té con leche y galletas), Michael Jackson (conducía con un solo guante, blanco, en su mano derecha) y tenía una cabeza más dura que el hormigón armado. Lo revisaba todo 500 veces antes de arrancar y nos sacaba de quicio con sus cabezonerías y sus cambios de cosas cuando todo ya estaba perfectamente en orden. Además, suponemos que para ahorrar gasolina, y para que le quedara mayor margen de beneficio sobre el precio pacatado, iba como que demasiado lento para nuestro gusto y no pasaba de 60 km/h. Vale que el camino era pésimo, vale que calculamos que con todo el peso arriba sumñabamos 3 toneladas pero es que daba la impresión de que andando le ganabas a la carrera. Lo que más me importaba a mí, no obstante, era llegar sanos y salvos pues ya había tenido demasiado con mis caídas. Lo malo es que Jackie conducía fatal, aceleraba donde no debía derrapando en las curvas y donde podia correr no pisaba (o la furgo no daba).
La furgo es sensacional. Tiene dos depósitos de combustible independientes, y su reductora para elegir tracción. El motor está dentro del habitáculo, entre conductor y pasajero, y suelta un calor de órdago, que suponemos irá muy bien en los fríos inviernos mongoles, pero en verano puedes asar sardinas encima. Con unas mantas y unos cojines mis compañeros fueron calentando sus posaderas por rigurosos turnos de 100 kilómetros cada uno, aunque parece que Mario, con su facilidad para los idiomas, pasó más rato que el resto conversando fluídamente con su suegro en mongoñol (ni mongol ni español). A mí me cedieron gentilmente el puesto de copiloto para que estirara la pata el máximo posible pero sufrí el tremendo calor los 3 dias de pesadilla y ya al final no sabía si era el mejor sitio o el peor.
En cuanto nos caía la noche, si no llégábamos a una población decente parábamos la furgo y montábamos campamento a disgusto de nuestro inestimable conductor. La primera noche fue a causa de rotura importante de motor. Ayudamos en todo lo que pudimos para poder continuar. Sacamos todas nuestras herramientas y estuvimos bastantes horas tratando de poner en marcha en cacharro pero con la cabezonería de Jackie Chan no podíamos y finalmente decidimos dejar que hiciera lo que le diera la gana mientras nosotros cenábamos ricamente a base de latas de garbanzos y lentejas, calentadas en un fuego de campo a ritmo de las meódicas canciones de Julio Iglesias que salían de mi movil y después nos acostamos ricamente cenados en nuestras tiendas pensando en el pobre Jackie. Toda la noche estuvo Jackie de trajín con todos los camiones y coches que pasaban por allá y ya por la mañana resolvió una pieza nueva igualita que la que se había partido la noche anterior. Esto es lo bueno de estos vehículos populares, que hay muchos recambios en todas partes. Así que el pobre Michael Jackson arrancó sin apenas haber dormido y empezamos otra jornada de desierto. El tipo se dormía conduciendo, estaba al límite de sus fuerzas. Se peinaba, se sacaba el gunate y se lo volvía a poner, encendía un cigarrillo, comía una galleta, sacaba la cabeza por la ventana. Estaba hecho polvo y no lo quería reconocer. Le hicimos parar en un pueblecito del camino y le obligamos a dormir dos horitas. A los 10 minutos ya estaba en un restaurante comiéndose un plato de sopa y metiéndonos prisa para seguir. ¡De madre!. Pinchamos rueda, atravesamos ríos, cogimos los mil y un baches y ya de noche cerrada el tercer dia, Ulaan Baator a las puertas. Una gran tormenta eléctrica nos recibe. Apenas cae agua pero los rayos y los truenos van en aumento y por doquier. El silencio se hace dentro de la furgo y cada cual sabe lo que pensaba en aquel momento. Mario nos regala un momento impagable del viaje al poner en marcha su móvil al ritmo de un pasodoble español. En ese momento pensé en la escena de los helicópteros atronando con La carga de las Valkirias, de Wagner, en la película Apocalypsis Now. Y así, entre mil risas es como llegamos por fin a la capital de Mongolia: Ulaan Baator.

sábado, 8 de agosto de 2009

Domingo, 2 de agosto de 2.009





LLegamos al segundo pueblecito importante desde la entrada a Mongolia totalmente torturados por las carreteras. Ya no podemos seguir más sin arriesgar las motos o la vida. Jose va sin amortiguación trasera y yo sigo con los problemas de encendido. Aquí nos encontramos con 3 muchachos madrileños que conocimos dias atrás en la aduana mongola que acababan de escacharrar el coche que llevavan. Pablo, Ricardo y Mario. Participan en el Mongol Rally y pese a llevar el coche reforzado en los bajos etc, etc, lo revientan, y es que en mi vida, jamás me hubiera podido imaginar nada tan duro. No podemos volver atrás y sólo nos queda seguir a Ulaan Baator. El plan: embarcar las motos y volver en avión. Si queremos llegar a la capital, con estas condiciones, no llegaríamos a tiempo.
Salimos a buscar una furgoneta 4x4 rusas que corren por aquí y no nos cuesta demasiado encontrarla. Los madrileños nos acompañan también puesto que su coche ya no tiene arreglo.. Hotel, ducha, relax, cena y discoteca de pueblo. Cutre, cutre, cutre.

Sábado, 1 de agosto de 2.009





Segundo tortazo importante.

Viernes, 31 de julio de 2.009



El paraíso deviene en infierno y la belleza de la parte más noroccidental del país se conviete en una pesadilla de grava, piedras afiladas y arena que hacen totalmente imposible la circulación fluída. Hay que estar al 200% pendiente de la carretera puesto que es muy fácil caerse. Allá dónde hay pistas, las roderas que dejan los camiones dejan el suelo como interminables patatas onduladas que te descoyuntan todos los huesos, sacándote los hombros de sitio, y hay que agarrarse muy fuerte del timón desplazando todo el peso del cuerpo a la parte delantera de la moto, dejando que la trasera culee de derecha a izquierda como quiera. Le cojo el tranquillo y llego a poner la moto a 80 km/h en algún tramo aunque la velocidad media es de 40 km/h, para que veais la dificultad. Así no se avanza.

Primer tortazo importante. En una pista de las de confianza voy alegremente a 80 km/h, está encajonada entre dos arcenes que la superan en altura por unos 50 cms, y entro en una rodera que me lleva fuera de la carretera. El suelo es de grava así que si freno me voy al suelo con lo que para volver a dominar la moto doy gas y la moto sube por mi arcén derecho, pierdo el control de la rueda delantera y caigo al suelo saltando por encima de la moto y golpeándome el homóplato derecho, quedando de cara al sol. La moto no sufre ningún daño gracias entre otras cosas a las maletas metálicas y a los puños que pusimos a última hora. Veo que todo va bien, me levanto y sigo, ¡vaya hostia! Era sólo cuestión de tiempo caer. Esta vez reduzco la velocidad. Lección aprendida.
Nos va a caer la noche en el camino y desde un jer nos hacen señales para que nos acerquemos. Es una familia kazaja que nos acoje en su casa y nos invitan a cenar y a dormir en su tienda. Una experiencia alucinante. Hacemos las presentaciones durante la merienda y les regalamos de todo de lo que llevamos encima: ropa, medicamentos y alegría. El jerarca es un señor de mayor de 72 años que vive con sus hijos y sus nietos, 200 cabras, 10 yaks y varios perros pastores. Son una familia muy humilde y ávida de conocer cosas. Repiten lo que decimos en castellano y se lo aprenden en nada (al dia siguiente les pasaremos examen y recordarán todas las palabras aprendidas la noche anterior) se nota que tienen la mente muy fresca y como que no reciben tantos inputs como nosotros, tienen mucha más facilidad que nosotros para recordar. Tras la merienda de quesos durísimos como piedras y té con leche de yak nos enseña sus rebaños mientras las mujeres preparan la cena. Jose dice que la tienda por dentro huele muy bien y lo que acaba oliendo bien son las boñigas de los animales que usan como combustible para cocinar, ja, ja, ja.
Ya a la hora de cenar las mujeres en un lado de la tienda y los hombres en el otro. De la olla hirviendo adivina que es lo que sacan para comer: UNA PUTA CABEZA DE CABRA. ¡La madre que los parió! Miro alrededor por si hay una cámara oculta y me están haciendo una broma. Digo que esto no puede estar sucediendo. Pero sí. Es real. Con un cuchillo afilado empiezan a descarnar la cabeza y echando los pedazos en un gran plato de donde comeremos todos a la vez con las manos. Añaden unas tripas también para acabar de completar el menú. Superando el asco incial y sin mirar demasiado empiezo a engullir para no hacer ningún feo y reconozco que el sabor no era nada malo. Ya lo máximo fue ver como el viejo metía el dedo por entre las cervicales del cráneo de la cabra para sacarle los sesos y comérselos con los dedos.
Noche cerrada y quiero salir del jer a orinar. Me detienen en la puerta puesto que hay que agarrar al perro que guarda el exterior de la puerta. Es un perro entrenado para enfrentarse a los Chewacca que moran los alrededores. Chewaccas, ¡lobos!. Dice el señor que las montañas mongolas están infestadas de ellos y que van siguiendo a los rebaños con la esperanza de que una oveja o una cabra se pierda para dar buena cuenta de ella. Y nosotros queríamos acampar tranquilamente en las montañas, ja, ja, ja. Si es que no hay miedo, no hay miedo. Fíjaos como son las cosas que a medida que se va el sol los animales vuelven por si solos la seguridad que dan las tiendas de los humanos. No hay que salir a buscarlos, controlar un poco por encima y listo. Los yaks resoplan adormilados yacidos tranquilamente en el suelo. La noche es negra y fría. Me tomo un voltarén para el dolor de espalda y duermo como un bebé al calor de la chimenea de boñigas de yak.
Esta es una experiencia alucinate, no buscada, que quedará para siempre grabada en mi corazón.
:)

Jueves, 30 de julio de 2.009




La temperatura exterior al levantarnos es de 4º C. Por la noche oímos unos disparos pero no hicimos caso. No sabemos que estarían cazando a aquellas horas de la noche aunque ahora que lo pienso probablemente fuera para ahuyentar a los lobos. Dicen que hay bastantes por aquí.
Hay una niebla alta pero no nos molesta. Todos los picos están nevados así que nosotros con el uniforme de verano como que no vamos muy sobrados.
El paisaje sigue siendo espectacular. Ríos con mucha fuerza, valles inmensos, picos nevados, y empezamos a ver los primeros rasgos orientales en la gente además de camellos bactrianos, yaks y grupos de caballos sueltos por todas partes. Es maravilloso.
estas montañas parecen no tener fin. Una y otra y otra y otra, el camino va zigzageando entre ellas siguiendo el curso del río. Son de largo mucho más espectaculares que los Urales. Esto es 100% naturaleza virgen.
Paramos en un poblado de cuatro casitas de madera y nos preparan un desayuno buenísimo con el que recuperamos fuerzas. Una sopa de remolacha, nabos y yoghourt que bien calentita está buenísima, y para acompañar pan chino relleno de carne de ternera. Como que las vacas sólo comen hierba de las montañas del Altay el sabor es incomparable. Una delicia.
Bastantes kilómetros después llegamos a la aduana rusa, y después de mil trámites y sacarnos hasta la última moneda entramos en tierras mongolas. Para empezar acaba el asfalto y el camino que nos encontramos es de tierra. ¡No hay carreteras! Una marmota yace panza arriba mietras tres ágilas se la están comiendo. Montañas de terciopelo verde, lagos de mercurio, caballos a su aire, yaks... ¡Qué maravilla! ¿Así es como se creo el mundo? Todo es totalmente virgen. El camino puedes hacerlo por donde quieras pero nuestras motos no están suficientemente preparadas y sufren bastante. Para empezar tenemos que subir una ladera bastante larga y pronunciada y da miedo mirar atrás. Gas a fondo y arriba, arriba, arriba.

Miércoles, 29 de julio de 2009




Definitivamente no sirvo como ladrón de coches. El tema de hacer el puente para arrancar la moto me lleva de cráneo puesto que cada vez que sale la chispa, instintivamente salto hacia a trás y no lo consigo fácilmente. Prefiero tirarla cuesta abajo y arrancarla en segunda.
Hace un dia horrible, con una fuerte niebla. No se ve casi nada pero tenemos que continuar, con cuidado, pero adelante. La humedad nos deja los pantalones mojados y la verdad es que hace un poco de frío. Después de bastantes kilómetros en estas condiciones vemos la sombra gigante de un helicóptero del ejército soviético, vaya usted a saber en qué guerra sirvió, ¡impresionante! Fantasmagóricamente va saliendo de entre la niebla y justo cuando estamos a su lado vemos las verdaderas dimensiones de semejante bestia de hierro. Es muy, muy grande. Esperamos a que levante un poco la niebla, sacamos cuatro fotos y seguimos. Ora llueve, ora para, ora vuelve a llover. Una pesadilla. Quedan apenas 1.000 kilómetros pero las condicones meteorológicas y las de las no-carreteras no nos dejan avanzar al ritmo que nosostros quisiéramos. A parte de esto hay que mencionar que de tanto en tanto vas encontrando carteles que te avisan que para la próxima población quedan 300 kilómetros y cuando ya llevas 150 hechos vuelves a encontrar otro que sigue diciendo que para la próxima población ¡quedan 300 kilómetros!
De repente: Altay. Nos recibe lloviendo y es una látima puesto que es, de largo, lo más bonito que hemos visto hasta ahora. Paisaje de alta montaña con ríos magníficos.

Martes, 28 de julio de 2009



En el día de hoy creía que lo más interesante era ver un pato dándose un chapuzón en un charco, y al final hubo movida puesto que en el repostaje final antes de llegar Novosibirnsk vuelvo a encender la moto y esta no arranca, movida, desmontamos las tapas y revisamos todos los fusibles pero todo estaba todo ok. Revisamos todo pero no damos con que. LLamamos a Italomotor y nos dan la luz. Hay que hacer un puente en el motor de arranque y listo. Dicho y hecho. Nos queda más de la mitad del viaje con este cuento así que...

Por el camino encontramos un par de cow-boys manejando el ganado y en una obra cercana la primera moto-hormigonera que he visto en mi vida. Si es que el que no inventa es que se aburre.

Lunes, 27 de julio de 2009



De Cheliavinsk a Omsk

Ha sido un dia de kilometraje monótono de paisajes salpicados de lagunas, lagos y charcas que se ven muy bien con el Google Earth y de millones de árboles que creo son de reforestación (tendré que averiguarlo). Aún y así son millones los que hay.
Por cierto, los lavabos son retretes al más puro estilo Far West, un agujero hediondo en el suelo donde se amontonan montañas de mierda rodeados de estructuras de madera más o menos curiosas. Piensas que como ceda el suelo te hundes...

Fotos




miércoles, 5 de agosto de 2009

OBJETIVO CUMPLIDO


Por fin llemagamos a Ulaan Batoor.
Realmente ha sido toda una odisea y una prueba durísima tanto para las motos como para nosotros mismos. El paraíso devino en infierno.
Dada la inexistencia de carreteras y la crudeza del terreno finalmente tuvimos que recurrir a meter las motos en una furgoneta 4x4 y llegar enteros a la capital, de otra manera hubiese sido imposible al menos con tan poco tiempo como nos quedaba. Las suspensiones traseras de la moto de Jose dijeron basta, así como el embrague. De la mía el encendido eléctrico y la carburación no estaba muy fina.
En la aduana entre Rusia y Mongolia nos encontramos tres chicos madrileños que han sido clave la etapa final del viaje. Pablo, Roberto y Mario, del equipo PRM Team del Mongol Rally, que rompieron su coche a 200 kilómetros de la frontera y se unieron con nosotros con la furgo 4x4. No hemos parado de reír desde que unimos esfuerzos y estos dias en la capital Ulaan Batoor son de partirse la mandíbula.
Por supuesto que ya tenemos planes futuros pero eso será para el año que viene.
Mientras seguimos trabajando en la tramitación del regreso de las motos por avión y en cuanto lo tengamos cerrado volvemos a casa.
De momento relax, mucho relax. Hoy nos vamos los cinco a disparar con AK47, bazookas y un tanque. :)
¡Salud!