lunes, 1 de septiembre de 2008

DECIMOSEXTA ETAPA: TURQUIA - TURQUIA (1.062 kms)


10 de agosto de 2.008

Salimos de Iskenderun bien temprano y el objetivo inicial es llegar a Ankara, segunda capital del país. Si cuando llegamos a Ankara tenemos ganas seguiremos adelante. Los días perdidos en la aduana egipcia nos obligan a recuperar tiempo perdido. El 15 tengo que estar de vuelta.

Enganchamos una autopista y venga, métele. La verdad es que las motos se están portando muy pero que muy bien pero no quiero ni pensar en ello para no ser gafe. Vamos dejando atrás kilómetros de verde por todas partes. De tanto en cuanto unas gotas de agua hacen que pensemos "ay, ay, ay...", pero el tiempo aguanta y no llueve fuerte. Subimos montaña arriba por entre unas moles de piedra enormes. ¡Espectacular! Como se caigan nos micronizan. Es un espectáculo para la vista y los sentidos. El olor de los pinos lo impregna todo. Las cuatro gotas de lluvia también hacen que se huela a tierra y a bosque humedecido. Una delícia. Más tramos en obras, más camiones, parece que están haciendo un gran túnel por entre estas bellísimas montañas. Paisaje de alta montaña. Si te dicen que estás en los Alpes te lo crees. No me canso de admirarlo.

Estamos cruzando el país justo por el medio y nos encontramos con un lago enorme a mano izquierda: el Tuz Golu, lago salado que con la evaporación del agua del verano está casi desecado, veo gente paseando por la orilla, el agua no cubre más allá que la planta de los pies y pienso que debe tener algún tipo de poder curativo. Supongo que son las sales. Una enorme estepa queda a nuestra derecha. Kilómetros y kilómetros de este paisaje. Una maravilla. Tal parece que el hombre no ha pisado esta tierra en largo tiempo. Es tierra de aspecto jurásico. Quién sabe si buscaran si encontrarían petróleo, pero aquí están todos estos kilómetros cuadrados sin que nadie los aproveche: ellos sabrán. Hay señales de "peligro, nieve" con lo que en invierno debe correr un aire que debe hiela las venas. Seguro.

Pasamos bien Ankara y nos dirigimos de cabeza a Estambul. Nos coge de nuevo la noche. Llevo 3 Red-Bulls desde el desayuno y en verdad que no noto nada de cansancio. A medida que nos acercamos a Estambul, como es lógico el tráfico se vuelve más intenso: Atención: caen cuatro gotas.

Otra vez medianoche. Mediante el sistema de seguir un taxi previamente contratado vamos en busca de un hotel céntrico. Estambul es una ciudad enorme y de noche es preciosa, nos dimos un pequeño paseo cruzando varios de sus puentes pasamos por el estadio del Besiktas. Es pequeñooooooo, parece del Lego. Dejamos atrás el Bósforo y cruzamos en dirección al Mar de Mármara por el puente de Galata. Como el que no quiere la cosa hemos cruzado de Asia a Europa. Ya estamos en casa (o casi). Por fin llegamos al Hotel Arcadia (familiar y tranquilo), a un tiro de piedra de Sta. Sofía. ¡Perfecto!. Ducha y a la cama. Ahora sí que estamos rendidos. Mil kilómetros en moto son, cuanto menos, durillos.

1 comentario:

euskalduna dijo...

Los serbios serios y los croatas alegres? Se nota que conoces muy poco los balcanes y escribes desde el desconocimiento y prejuicio
El articulo y el rute en moto esta muy bien, enhorabuena muy interesante