domingo, 1 de abril de 2007

ESSAOUIRA - TAN TAN, 525 km



Una fina llovizna nos despide de Essaouira, verdadero remanso de paz donde el progreso está llamando a las puertas, aunque aún se puede pasear tranquilamente por la playa a recoger lo que la marea ha dejado la noche anterior. Enfilamos carretera hacia Agadir. La verdad es que ando un poco cansado y como voy abriendo camino se presenta ante mi la cordillera del Anti Atlas. La calculo. Gigante. Miro a mi "Poderosa". Chiquita en comparación. Respiro hondo, cargo los pulmones de aire, le doy dos palmaditas sobre el depósito y le digo: "¡A por ella!" Y abro gas a tope lanzándome a toda velocidad a enfrentarme con el dragón. Se suceden 100 kilómetros de curvas y desfiladeros. Con el suelo semi-mojado no es agradable circular así. Para confirmación de nuestros temores vemos un viejo Mercedes Benz totalmente estrellado contra la pared de la montaña, por suerte nadie ha resultado herido. Una vez superado el Anti Atlas, segunda cadena montañosa en importancia del norte de África, me parece increíble haberlo conseguido. Finalmente llegamos a Agadir y la obviamos por una ronda de circunvalación. Es una gran ciudad turística sin nada original que ofrecer. Continuamos hasta Tiznit donde paramos a comer un tajine y un cuscús de "mouton". Riquísimo. LLegamos a SIdi Ifni y nos acercamos a Les arcs de Legzira brillantemente esculpidos por la erosión del mar sobre las rocas. Se nos echa el tiempo encima y decidimos continuar hacia Guelmim. Ya en esta poblción la gente viste totalmente diferente y vemos los primeros "hombres azules" del desierto. Guelmim bulle de gente y de tráfico. Cae el sol y quedan 120 kilómetros hasta Tan Tan. Gas a fondo y aprovechamos los últimos rayos del dia, a toda velocidad, tratando de ganar segundos al sol. Vamos encontrando señales de "atención camellos sueltos". Oscuridad total. Carreteras con rectas muy largas que aprovecho para poner la máquina a tope. El comportamientode las Triumph es insuperable. Sólo espero que ningún camello se me cruce, sinó, "¡Adiós amigos!". Llegamos a Tan Tan de noche cerrada y tras un esfuerzo sobrehumano. Unos enormes arcos en forma de camello nos dan la bienvenida. Nos hospedamos en u hotelito regentado por un canario de los de "España es lo mejor y ver compatriotas le llenan los ojos de lágrimas". Sencillo pero limpio. Por la mañana regresamos a los camellos de la entrada para sacar algunas fotos y salimos para El Aaiún.

No hay comentarios: