lunes, 2 de abril de 2007

TAN TAN - EL AAIUN - BOJADOR - EL AAIUN, 750 kms



Es la primer aetapa puramente sahariana. Por el camino nos vamos encontrando con multitud de jeeps y 4x4 que se asombran al vernos con estas dos motos y causamos simpatía por donde pasamos. Todos nos sacan fotos. Las señales de peligro camellos se van sucediendo y efectivamente empezamos a encontrarnos conjuntos de varios individuos. Son majestuosos, elegantes y simpáticos. En el cielo vemos nubes con los colores del arco iris. ¿Hay algo más bello?. Ya empezamos a encontrar arena por todas partes y esta cubre peligrosamente el piso de la calzada, que a gran velocidad es bastante resbaladiza. Nubes de finísima arena se desplazan al paso de nuestra caravana. Ahora sí la entiendo como un ser vivo pues se mueve allá donde le conviene. En estas latitudes ya no hay finezas como la gasolina sin plomo y rellenamos los tanques con gasolina súper. La moto va más suelta y consigo ponerla a 160 km/h (en recta y sin arena). Los controles policiales se suceden. Algunos nos paran y otros nos dejan pasar, aleatoriamente pero sin ninguna dificultad. Las grandes distancias que estamos cubriendo están unidas por rectas interminables que te dan tiempo para pensar. De pronto sales de la abstracción cuando al final de la recta viene una señal de curva peligrosa y la recta cambia de dirección para convertirse en otra recta, pero este cmbio peligrosos los puedes coger a 120 km/h sin problemas. Tras kilómetros y kilómetros de arena llegamos a El-Aaiún, antigua capital del Sahara Español, ahora Sahara Occidental, territorio ilegalmente ocupado por Marruecos y del que ni la ONU, ni la UE ni los EE UU aún no han sabido arreglar. Es una ciudad grande, animada y muy bonita. ¡Quién lo iba a decir! Pero en lugar de quedarnos satisfechos con el objetivo primero que teníamos marcado continuamos 150 kms más al sur para llegar al cabo y a la ciudad de Bojador cuya entrada es espectacular con dos avestruces gigantes dando la bienvenida. Aquí si damos punto y final al sur y como no queda nada de la antigua ciudad fundada por catalanes en el siglo XVI empezamos el regreso. De nuevo para El Aaiún, 150 kilómetros más. Ya de noche cerrada y con la luna como único faro y el peligro de los camiones que vienen de cara a gran velocidad, cegándote con sus grandes faros mal ajustados y los burros comiendo pasto en los márgenes de la carretera. En el antepenúltimo control aparecen dos policías que se parecen a Abbot y Costello, uno barrigón y bajito y otro largo y flaco con una escopeta en las manos que más parece un arcabuz que un arma moderna. Ahora somos "Les Motoristes" pues ya la fama de dos locos que van arriba y abajo por el Sahara nos precede, y el gordito, muy contento de vernos, nos saluda muy efusivamente y me hace quitar los guantes para estrecharle la mano, a la vez que exclama satisfecho: "Ah! Les Motoristes!" y rápidamente nos da seña de continuar la marcha. Descansamos tras más de 700 kilómetros en un hotelucho de mala muerte, el Jodesa, recomendación del canario de Tan Tan. Figui molesto y yo contento porque también hay que probar "el otro lado del río". Duermo dentro del saco de dormir sobre las mugientas sábanas.
:)

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