martes, 21 de julio de 2009

domingo 19 de julio de 2009


Motel Kappa (cerca de Milano) - Lago Balatón (Hungría)
Salimos temprano con buen ánimo y echamos unas risas mientra preparamos las motos. Jose me enseña un cuchillo de supervivencia que se ha traido y mientras lo sopeso le comento que 20 años atrás lo hiese lanzado contra el pilar de madera que aguanta el toldo que cubre nuestras motos con 3 posible resultados: 1- El cuchillo está bien compensado y hundo su filo contra la madera quedando como un experto lanzador de cuchillos, 2- fallo y le doy a la rueda del BMW que hay aparcado en la plaza de al lado, 3- Lanzo el cuchillo da en la madera rebota en la madera y se clava en la pierna del Figui. Mientras nos reímos con estos pensamientos le comento que 20 años atrás lo hubiera lanzado sin pensar en las consecuencias. ja, ja, ja ja. Nos hacemos viejos.
Saliendo del pueblito veo la que probablemente sea una de las imágenes del viaje. Lástima que no tenía la cámara a mano. Dos ancianitas conversando entre ellas mientras pedalean tranquilamente en bicicleta saliendo del pueblo.
Enfilamos rumbo a Venecia sin más novedad que devorar kilómetros y kilómetros de autostrada, en muy buenas condiciones, por cierto, y algún que otro Ferrari que nos pasa a toda velocidad. Todos los motoristas del camino nos saludan, y así nos vamos acercando a Trieste de donde saltamos a Slovenia. País bellísmo, una pequeña Suiza con todo nuevo, carreteras nuevas, túneles nuevos, todo extra límpio, y las carreteras apenas sin gente. De hecho aún están construyendo la autopista principal y por un momento nos desvían a una carretera de curvas de ensueño, lo que con los kilómetros que ya llevamos sobre nuestras espaldas, todo cruje. Ambiente rural, olor a cereales. Slovenia bien vale una visita más tranquila, pero como estamos de paso entramos en Croacia, un poco más de lo mismo pero menos. En poco tiempo lo dejamos atrás no sin antes llevarnos en la pantalla del casco una buena muestra de todos los insectos habidos y por haber para deleite de cualquier buen zoólogo que se prestara a examinar tamaña colección. Cada 200 kms paramos a repostar y a quitarnos los bichos de la visera pues no vemos nada. Por fin llegamos a Hungría. Se está haciendo tarde y nos quedamos a unos 100 kms de Budapest. Paramos en el lago Balatón, pintoresca zona vacacional de Austríacos y Alemanes, en la que nos encontramos con un par de guitarristas húngaros tocando flamenco con sombrero mejicano. ¡Lo máximo.! Un par de cubatas y unos habanos y estamos en la gloria, mientras nuestro trasero va recuperando su forma original. Hoy han sido 900 kilómetros del tirón, 4 países: Italia, Slovenia, Croacia y Hungría.
Mañana a ver si llegamos a Kiev.

No hay comentarios: