sábado, 8 de agosto de 2009

Miércoles, 29 de julio de 2009




Definitivamente no sirvo como ladrón de coches. El tema de hacer el puente para arrancar la moto me lleva de cráneo puesto que cada vez que sale la chispa, instintivamente salto hacia a trás y no lo consigo fácilmente. Prefiero tirarla cuesta abajo y arrancarla en segunda.
Hace un dia horrible, con una fuerte niebla. No se ve casi nada pero tenemos que continuar, con cuidado, pero adelante. La humedad nos deja los pantalones mojados y la verdad es que hace un poco de frío. Después de bastantes kilómetros en estas condiciones vemos la sombra gigante de un helicóptero del ejército soviético, vaya usted a saber en qué guerra sirvió, ¡impresionante! Fantasmagóricamente va saliendo de entre la niebla y justo cuando estamos a su lado vemos las verdaderas dimensiones de semejante bestia de hierro. Es muy, muy grande. Esperamos a que levante un poco la niebla, sacamos cuatro fotos y seguimos. Ora llueve, ora para, ora vuelve a llover. Una pesadilla. Quedan apenas 1.000 kilómetros pero las condicones meteorológicas y las de las no-carreteras no nos dejan avanzar al ritmo que nosostros quisiéramos. A parte de esto hay que mencionar que de tanto en tanto vas encontrando carteles que te avisan que para la próxima población quedan 300 kilómetros y cuando ya llevas 150 hechos vuelves a encontrar otro que sigue diciendo que para la próxima población ¡quedan 300 kilómetros!
De repente: Altay. Nos recibe lloviendo y es una látima puesto que es, de largo, lo más bonito que hemos visto hasta ahora. Paisaje de alta montaña con ríos magníficos.

No hay comentarios: