viernes, 15 de agosto de 2008

TERCERA ETAPA: TÚNEZ - LÍBIA (624 KMS)


24 y 25 de julio de 2.008

Anuncian que el barco llegará con retraso y hablan no se qué de un rescate de emergencia en alta mar con helicóptero para recoger a un pasajero en estado grave. Parecía que no íbamos a llegar nunca. Finalmente tocamos puerto a las 12 de la noche. Como estamos descansados empezamos a bajar de noche. Hasta Sfax es todo autopista. Jose dice que con euros está todo arreglado. ¡Mentira!. Aquí sólo funciona el dinar y más fuera de la capital. tenemos que pagar los peajes de autopista con euros y nos sale más caro, pero da igual, tantas son las ganas de rodar... Para la gasolina conseguimos cambiar 50 euros y vamos tirando de aquí. Como que ya vamos tarde con lo del retraso del barco decidimos sacrificar el pais, cosa que ya tenia medio asimilada, y de todas formas lo poco que hemos podido ver por las diferentes carreteras que hemos pasado no me ha gustado nada. Lo único el litoral mediterráneo totalmente virgen, de aspecto árido, con algún pino y eso sí, miles y miles de olivos muy bien plantados.

Antes del alba paramos a echar una cabezadita de 3 horas antes de llegar a Tatouine (ver Star Wars) y llegar lo antes posible a la frontera.

Así como la entrada a Túnez no duró más de 3 minutos, la salida la han retrasado todo lo que han podido hasta que hemos soltado un billete de 10 euros. La cola de entrada a Libia es larguísima y lenta, muy lentaaaaaa. En Túnez nos querían hacer pasar miedo. Se nos llevaron los pasaportes con cara de que fuéramos traficantes, nos hicieron abrir las maletas Touratech para ver si llevávamos armas de destrucción masiva, me hicieron pasar a un cuartucho... nada, puro teatro. Estos guardias son unos mataos y lo que quieren es el billete. "Puritito folklore".

Nos tienen 5 horas esperando en la frontera libia por... (guardo este espacio hasta hablar un par de detalles con la persona interesada, en breve lo actualizaré en un sentido o en otro, perdonad las molestias)
El enlace que nos tenía que recoger nos dicen en la aduana que se regresó a Trípoli porque tenía que rezar. Me cago en dios y en la madre que parió a este hijoputa que nos deja colgados. De la agencia de viajes que contratamos para los trámites nos mandan un nuevo enlace desde de capital. Los trámites se hacen larguísimos, y más sin nada que comer ni nada que beber, ¡y con el calor que hace! Un oficial libio nos ve tan mal que muy amablemente nos proporciona dos botellas de agua y dos latas de Pepsi muy muy frías. No nos quiere cobrar nada pese a nuestra insistencia. A cambio le regalo un puro habano que sí me acepta de muy buen grado. Una vez más mi amada Cuba me saca de un aprieto.

Llega el segundo enlace (que no es otra cosa que una especie de policía de paisano que se pegará a nosotros hasta dejarnos en la otra frontera) y nos obligan a ponernos una matrículas libias encima de las nuestras para poder circular, y más papeles por aquí, y más papeles por allá. Uff, que pesados que son. Ya superado el suplicio llegamos a Trípoli muy cansados (por lo menos yo) ya que con el calor, el esfuerzo y con la noche que nos pilla por el camino ya se me cerraban los ojos. La carretera era una línea recta inacabable. Llegamos por fin y el caos circulatorio es total. Conducen muy rápido y de una manera totalmente anárquica, o te pones a su nivel o acabas bajo sus ruedas. ¡Cuidado!.

Conseguimos un buen hotel, ducha, cena ligera y vueltecita por los alrededores del centro. Nada que valga la pena salvo retratos de Gadaffi por todas partes celebrando su 38 cumpleaños (de que llegó al poder -me suena algo pero le llevan ventaja-, je, je, je).

Hombres y más hombres paseando y matando miserablemente el tiempo pues no hay nada que hacer. Plaza principal de la capital con carruajes "kicht" con caballos blancos emperifollados y gacelitas para fotos de bodas y comuniones. Cutre, cutre, cutre.
Las mujeres: en casa encerradas. Estos moros son la hostia.

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