jueves, 21 de agosto de 2008

SÉPTIMA ETAPA: EGIPTO - EGIPTO (1.211 kms)


30 y 31 de julio y 1 de agosto de 2.008

Como vemos que la cosa no tiene remedio decidimos coger un taxi e irnos a El Cairo mientras desde Barcelona nos envían por avión el maldito papelucho. Nos alojamos en un 5 estrellas, el Meridien Piramids, con piscina y habitación con vistas a la pirámides. Todo un lujo que nos permitimos después de haber perdido 3 dias entre ratas, cucarachas y primates varios.

Supongo que el cargo de conciencia de la agencia de habernos puesto en esta situación es grande y tratan de remediarlo poniéndonos en contacto con una agencia egipcia especializada en el mercado español. A la mañana siguiente nos recogen para ir a visitar las pirámides. Son sensacionales pero al tener tan cerca la ribera de la ciudad le roban todo el encanto. Me quedo un tanto desengañado. Hace mucho calor. Tickets por aquí, tickets por allá... a hacer el yuma. Entramos dentro de la gran pirámide. Una mierda pinchada en un palo. Sube una escalinata, pasa un pasadizo, mira la cámara y ya está, ¡ah!, ¡y no se pueden hacer fotos!.
Dentro de la cámara real te acompaña un mono que a pesar de dedicarse al turismo sólo habla árabe y no se le entiende nada de nada, así que se dedica a hacer gracias rompiendo la poca magia que pudiese quedar. ¡Cuidado que estoy como la cuerda de un violín! ¡Como se pase de gracioso le doy una galleta con la mano abierta en toda la jeta!

Hotel, piscina, cuba libre, habano y descanso. Por la noche nos recoge Mido, un gran guía turístico que nos hace olvidar las penas sufridas y que nos llevará a cenar a un lugar con mucho "swing". Un restaurante tipo "lounge" a tocar del Nilo llamado Sequoia y es donde va toda la gente "chic" de El Cairo, y después al Cairo Jazz Café donde tomamos un trago y a pesar de estar cansados bailamos un rato al ritmo de los éxitos internacionales de los 80'.

Hoy toca visita a la fortaleza de Saladdín, dentro de la cual está la fortaleza del verdadero Mohamed Alí (nada del otro mundo). Nos meten un rollo inaguantable sobre el Islam y de aquí marchamos al Museo Egipcio (más que nada para hacer tiempo). El museo es una mierda monumental. Sí, hay piezas muy bonitas pero todo está colocado con tan poca gracia y tan poco interactivo que hasta siento vergüenza ajena. Pagamos un extra para ver las momias, otra decepción, ¡con la importancia que tienen y todas amontonadas en una salita pequeña y con un vigilante colgado del cogote para que no les tires fotos...!

Nada, de esta gente no se puede esperar más nada. Vamos a almorzar un buffet libre a un barco varado sobre el Nilo, por cierto, pensaba que era ancho como el Amazonas y resulta ser la mitad que el Ebro. Será el más largo del mundo, pero... es verlo para creerlo.

Hotel, piscina, cubata, otro habano y descanso. Nos llaman para decirnos que sobre las 20:00 horas llegan nuestros papeles. Bajamos a esperarlos al loby del hotel. Como es habitual en Egipto no nos los dan hasta las 2:30 de la madrugada y a las 5:00 de la mañana ya estamos despiertos para salir pitando otra vez hacia la frontera a buscar las motos.

Tardamos lo que me parece una eternidad y cuando llegamos al control de pasaportes no dejan entrar al taxista, así que tenemos que caminar los 300 metros hasta el edificio de inmigración bajo un sol de justícia. Otra vez dentro del Planeta de los SImios. Jose dice que ahora será rápido, yo le digo que hasta que no estemos fuera no le creeré. Otra vez todos aquellos monos nos hacen ir arriba y abajo, de un edificio a otro (el que está más cerca está a 100 metros) dinero por aquí, fotocopia por allá, ahora esto, ahora aquello, discusiones, calor, sudor, no se aclaran ni entre ellos y cada cual dice la suya. Llevamos 3 horas en este baile.
Viendo como se apoyan sobre cualquier lugar a la primera de cambio, estoy completamente seguro de que si tras el mostrador les colgasen unas cuerdas y un neumático y les tirásemos un poco de fruta lo usarían como columpio.

Ya lo tenemos todo ¡Hurra!. Vamos hacia la frontera otra vez y el último mono nos dice que hay un error en un papel. ¡LA PUTA QUE LOS PARIÓ! Nos devuelven hacia atrás a arreglarlo. 4 horas de tortura psicológica.Pasamos la barrera y por fín ya estamos dentro de Egipto con las motos. ¡Gas a fondo!. Por culpa de estos hijos de puta no nos da tiempo de bajar hasta Luxor y nos vamos de cabeza a Jordania para olvidar cuanto antes esta pesadilla.

El cansancio y la noche nos atrapan y llegamos a la ciudad de Matrûh (donde dicen que Cleopatra y Marco Antonio tuvieron un affaire). Las aguas son de unos tonos azules bellísimos y la ciudad hierve de ambiente, es como Blanes o Lloret pero... ¡todos son musulmanes! Somos los 2 únicos occidentales y tenemos trabajo para encontrar un lugar para descansar. Todo está escrito en árabe. Finalmente encontramos un hotel que lo primero que nos dicen es que están completos pero tan mala cara haríamos que el hombre se compadeció y nos alojó ¡ sólo por una noche!. Era un hotel musulmán y parece que no quieren infieles. Hotel familiar, lleno de niños correteando por todas partes. La gente que permanece en sus habitaciones está con las puertas abiertas sin nada que esconder. En el lobby el típico mantra que ya se nos convierte en pesadilla, pero siempre saludamos con un "Salaam aleikum" y nos devuelven el saludo con una sonrisa agradecida (al menos por nuestra intención, cortesía y respeto). Nos preguntan mucho si somos turcos pues nos ven "raros" pero probablemente musulmanes porque si no, ¿qué demonios hacemos por allí?. También nuestras barbas ayudan. Todo es mesura, espartaneidad y reflexión aunque las calles bullen, así que ducha y a dar una vuelta a pesar de estar agotados.

No hay comentarios: